Una disculpa por haberlos dejado tanto tiempo sin saber de mis travesuras.
Les agradezco a todos los que se han puesto en contacto conmigo por mensajes a mi número y correos, gracias por escribirme y darme unos minutitos de su tiempo, siempre trato de contestarles a todos.
Bueno entrando en la anécdota me sucedió hace unos días, para ser más exacta un martes, por suerte en mi última semana de exámenes. Les contare que soy una chica universitaria que estudia en C.U. por lo que siempre utilizo metro para poder llegar a mi facultad.
Días antes a ese martes había recibido un correo de un hombre de casi 40 años que había leído uno de mis relatos donde narró cómo le había vendido una tanga usada a un hombre.
El punto es que él también estaba interesado en adquirir una prenda, le explique cómo era la dinámica y el accedió para vernos, me pidió que usara la tanga durante 3 días, y que le mandara fotos y videos haciendo mientras estaba en diferentes lugares por ejemplo en baños públicos, baños de la universidad, probadores, en mi casa etc.. El punto es que si han leído mis otros relatos me imagino que saben que me excita mucho el hecho de saber que alguien siente placer al verme, cada vez que ese hombre me pedía fotos no podía evitar que la tanga quedará empapada de mis fluidos al pensar cómo se masturbaría mientras veía como cumplía lo que me pedía, me prendía mucho imaginar cómo es que el la olería cuando la tuviera en sus manos.
Como toda putita sumisa yo hacía lo que él me pedía incluso masturbarme con el riesgo de ser descubierta por alguien ya que me gusta gemir mucho, era increíble la facilidad con la que mis dedos se metían en mi vagina por lo excitada que me ponía estar en esas situaciones y más en lugares públicos.
Una noche antes a nuestro encuentro me escribió y me pidió que fuera vestida con un top y una faldita pequeña, para que pudiera quitarme la tanga más fácil. Y así lo hice, ese martes tenia examen a las 9 am y a él lo vería a las 11 am en una plaza que está saliendo de metro Miguel Ángel de Quevedo, tristemente vivo a 2 horas aproximadamente de la universidad, por lo que tuve que salir temprano de mi casa, realmente por las prisas no sentía mucho frío ya que iba muy destapada, sobre todo por la faldita, antes de salir de casa me mire frente al espejo y me di cuenta que bastaba con agacharme un poco para dejar ver mi culito ya que la falda quedaba aún más corta por culpa de mi culo, metí más la tanga entre mis nalgas para que se impregnara aún más con mi esencia.
Al llegar al metro comencé a sentir más calor, sobre todo entre mis piernas. Aborde en la línea A, la verdad el hecho de tener 3 días cumpliendo las ordenes y fantasías de aquel hombre me tenía muy caliente, así que quise sentirme aún más puta y decidí no subirme a los vagones exclusivos para mujeres, tenía ganas de que tocaran mi piel y así fue, como era temprano había mucha gente apenas y alcance a subir al metro; las puertas no cerraban y un chavo de mi edad más o menos aprovechó para meterse y quedó justo detrás de mí; yo sentía como iba cargando su mochila con su mano; entonces poco a poco fui acercando mi nalga a su mano, ya con el tren en movimiento daba pequeños saltitos para que mi falda se subiera y nuestras pieles estuvieran en contacto, él entendió lo que yo buscaba y comenzó a tocarme, bajo su mochila al suelo y ya con la mano libre empezó a buscar meter sus dedos entre mi culo hubo un momento en que dejó de tocarme pero solamente fue para llenarse de saliva los dedos y que entrarán fácil en mí, así nos fuimos varias estaciones hasta que ya caliente quería sentir el tamaño de su verga por lo que tomé su mano y la pase enfrente de mi para que me abrazara tocando mi pubis y yo tuviera oportunidad de arrimar mi nalga contra su verga, debo de confesar que eso me excita mucho, me excita demasiado sentir el tamaño de una verga en mi culo.
Ya con su mano enfrente levanto mi falda y empezó a jugar con mi vagina empezó a meter un dedo y remataba tocando mi clítoris, en ese momento ya estaba muy húmeda me hubiera encantado que se sacara su verga ahí mismo y me la clavara hasta el fondo; al salir de la última estación así para llegar a la terminal me gire y empecé a tocar su verga por encima del pantalón mientras mi lengua jugaba con su oreja y respiraba sobre su cuello para calentarlo más, al llegar a Pantitlan me dijo que lo acompañara al resto de su ruta pero solo intercambiamos teléfonos ya que íbamos a líneas diferentes, pero no se fue sin que le diera un beso lo más sensual que pude, para que me recordara todo el día y tuviera más ganas de buscarme.
Hasta aquí la primera parte de este relato gracias por leerme espero no haberlos aburrido, pronto subiré la segunda parte.