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Vacaciones con mi madre que cambiaron mi vida
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi historia es un poco complicada de contar, mis padres me tuvieron sumamente jóvenes, únicamente estuvieron casados 3 años, después del divorcio cada uno hizo su vida por separado, yo me quede a vivir con mi padre y mi madrastra en Mérida, mi madre se fue a vivir a Chetumal con mi padrastro desde que yo era muy pequeño, durante mi niñez casi no conviví con ella, apenas la veía una vez cada dos años si tenía mucha suerte, mi madrastra es muy buena y cariñosa, siempre me trató como como si fuera su propio hijo, jamás sentí la falta de ella a lo largo de mi vida, considero que fui muy feliz, a mi padre no le gustaba que yo tuviera mucho contacto con mi madre, siempre decía que ella llevaba una vida muy liberal medio hippie, demasiado desordenada, mi madre era casi un extraña para mí, prácticamente no la conocía.

Mi historia sucedió al inicio de las vacaciones de verano de mi tercer año de universidad, esa mañana recibí una llamada de mi madre, sonaba muy afligida, me conto que su esposo acababa de morir de un infarto, dude mucho en acudir a verla pero sentía que me necesitaba, le avise a mi padre que iría para apoyarla, él no estaba de acuerdo pero lo entendió, fue doloroso llegar a verla en esas circunstancias, llegué justo a tiempo para el entierro de mi padrastro, ella estaba muy mal, como soy su único hijo sentí la obligación de hacerme cargo de todo, ya que mi madre no estaba en condiciones de nada.

Decidí quedarme unas semanas con ella, estaba totalmente hundida en la tristeza, ella decía que no quería causarme molestias, pero se puso muy contenta cuando le conté que me quedaría un tiempo, pasaron dos semanas estando con ella y no veía mejoría, creo que todo en su casa le recordaba a él, se me ocurrió que nos fuéramos un fin de semana a la playa para cambiar un poco de ambiente, ella me dijo que no se sentía con muchos ánimos, yo le insistí que sería muy bueno un poco de distracción, tenía que salir de nuevo, sabía que era muy duro pero la vida sigue su curso.

Ella aceptó con algo de trabajo, me pidió que me encargue de todo, fui rápidamente a una agencia de viajes para ver que podía obtener con tan poco tiempo de antelación, casi todos los sitios estaban al tope, le pedí a la chica de la agencia un hotel tranquilo donde no hubiera miles de niños gritando y haciendo escándalo, esto pensando en la tranquilidad de ella, la chica me ofreció un hotel solo para adultos mayores de 21 años en Cancún, me pareció genial, pensé que sería un excelente lugar para relajarse con tranquilidad.

Al día siguiente partimos a Cancún, el hotel se veía fantástico con habitaciones estupendas, buena comida y varias piscinas para disfrutar además del mar, hasta ahora no he dicho mucho de mi madre ni de mí, ella tiene 42 años, 1.65 de estatura, ojos miel, cabello negro lacio, buenas curvas, con grandes pechos y un muy buen trasero, muy cuidada para alguien de su edad, yo por mi parte, mido 1.82, moreno claro y me considero bastante promedio, la habitación como dije estaba muy bien, con vistas al mar, la cama de tamaño king size, una enorme tv de plasma que tenía hasta canales porno, ella me dijo que fue una buena idea venir aquí para romper un poco con la rutina de la casa y los recuerdos, me dio un beso en la mejilla, nos pusimos ropa más cómoda, fuimos a comer algo al restaurant, luego nos fuimos al área de las piscinas, pedimos unas bebidas en el bar y nos instalamos en unos camastros, ella se sacó el vestido para quedarse con un traje baño color negro que traía bajo la ropa, era de una sola pieza amarrado sobre el cuello con un escote muy discreto pero que resaltaba muy bien sus curvas, ella noto rápidamente que su traje de baño era muy anticuado a comparación de las demás mujeres que andaban en topless y diminutas tangas, las más tapadas tenían unos pequeñísimos bikinis, le explique que como el hotel es solo para adultos no existe ningún inconveniente para que las mujeres anden de esa manera, aquí era de lo más natural, ella se sorprendió un poco, le dije que yo me enteré apenas viendo un folleto del hotel en la habitación.

Un rato más tarde fuimos a comer algo del snack, luego subimos a la habitación a buscar su celular que dejo cargando, cuando volvimos al área de piscinas tomamos nuevamente unos camastros, me quité la playera, extendí la toalla y me dispuse a broncearme un poco, de reojo vi que mi mama se desamarro el traje de baño y se descubrió sus grandes pechos, estaba muy sorprendido, le dije ‘¡Mamá! ¿Qué haces?’, me contesto que ella también quería un bronceado parejo sin las marcas del traje de baño, además todas las mujeres andan igual que yo, nadie se iba a fijar en mí, era la primera vez que le veía los pechos de mi madre, fue toda una sorpresa ver lo bien que se veían, tenía unos hermosos pezones rosados apetecibles para cualquier hombre, se puso bastante crema protectora sobre ellos, tomo sus lentes de sol y saco una revista para leer, por alguna razón me sentí un poco excitado pero trate de disimular, sus pechos se veían suculentos, jamás imaginé que mi madre haga algo así pero ella se sentía a gusto asiéndolo.

Ya pasada la sorpresa en la noche salimos a cenar y a beber unos tragos al bar, paseamos un poco, luego regresamos al cuarto, salimos al balcón de la habitación para hablar un poco mientras nos tomábamos unas cervezas del frigo bar, ella me dijo que ojala no me molestara lo que paso en la tarde, yo haciéndome el tonto pregunté ‘¿qué cosa?’, ella dijo, ‘ya sabes que hiciera topless, espero que no pienses que soy una cualquiera o algo así’, le respondo que yo no tenía problema con eso hasta mi novia lo hacía, hoy día no es nada raro, dijo que estas semanas lo ha pasado muy mal, si no fuera porque yo estaba con ella no sabría qué hacer con su vida, le dije que la comprendía y que la apoyaría en todo.

Después de un rato saco un cigarro medio raro de su cartera, lo prendió y empezó a fumarlo, inmediatamente me di cuenta que era marihuana pero decidí no decirle nada, ella siguió platicando de muchas cosas, ambos nos sentíamos más en confianza que nunca, dijo que me confesaría algo que muy pocas personas sabían, le daba mucha pena pero quería desahogarse con alguien, necesitaba quien la escuchara, le dije que yo guardaría el secreto de lo que me fuera a decir en ese momento.

-Sabes tú padrastro y yo éramos sexualmente muy activos, hacíamos el amor todos los días de todas las formas posibles él estaba bien dotado pero la cosa no quedaba ahí.

-¿Cómo que no quedaba ahí? no entiendo.

-Todo empezó una noche que estábamos en casa de mis compadres, empezamos a hablar de sexo, la verdad es que habíamos bebido bastante e incluso habíamos fumado bastante marihuana y no sé cómo salió el tema del intercambio de parejas, el estilo swinger, tu padrastro dijo medio en broma que podríamos probar eso a ver qué tal nos iba, la cosa se fue dando hasta que nos animamos, al principio me daba un poco de pena pero acepté por curiosidad, esa noche me acosté por primera vez con alguien que no era mi marido, pero con el tiempo la cosa se repitió varias veces, incluso invitamos más parejas a unírsenos, era fascinante poder disfrutar de varias personas a la vez, pude probar que se sentía estar también con otras mujeres.

No podía creer lo que me contaba, mi madre tenía sexo con hombres diferentes y mi padrastro estaba de acuerdo, me dijo que lo de la marihuana era un consumo muy ocasional pero que ambos disfrutaban mucho fumarla, dijo que extrañaría mucho la vida sexual que tenía con su esposo mientras le salían las lágrimas, la abracé y le dije que ella era muy bella que con el tiempo encontraría otra pareja que la haga feliz nuevamente, ella dijo que solo buscaría otra pareja para sexo, ya que el amor se murió con su esposo, la única persona que ama en este momento de su vida es a mí, no sabía que decirle a mi madre, ella dijo que con el apoyo que le doy es más que suficiente.

Esa conversación me dejó un algo que no sabía describir, mi madre me había abierto las puertas de su secreto más íntimo, en principio pensé que quería desahogarse, pero luego me di cuenta que era el mensaje de una mujer necesitada de amor, mi madre ya estaba un poco mareada le dije que nos fuéramos a dormir, ella se quitó el pantalón y la blusa, se acostó a dormir en ropa interior, me acosté a su lado e inmediatamente me abrazo, se acercó a mi oído y me susurró ‘gracias por todo lo que haces por mí’, le dije que seguramente ella haría lo mismo, me dijo que ‘se supone que los padres son los que deben ser fuertes y hasta ahora quien ha demostrado esa fortaleza has sido tú’, me dio un beso en la mejilla, siguió abrazada de mí hasta que se durmió.

En la madrugada sentí que se viro dejando sus nalgas rozando con mi pene sobre mis shorts, supongo que pensando en todo lo que me conto mi pene se empezó a endurecerse entre sus nalgas, ella no dijo nada, su reacción fue la de pegarse un poco más a mí, luego nos hicimos los dormidos, si bien los dos sabíamos que ninguno lo estaba, al poco rato ella comenzó a moverse un poco rosando más mi pene que se ponía más duro cada vez.

Unos minutos después me dijo ‘¿que estamos haciendo?’ respondí que no lo sabía, nunca me había sentido así, ella me dijo que tampoco había sentido algo así con nadie más que su esposo pero no estaba bien, la calentura me estaba ganando y le dije que no le hacíamos daño a nadie, ella parecía estar en conflicto pero a la vez disfrutaba de nuestro roce, nuestros movimientos eran cada vez más violentos y en un momento me quite los shorts para quedar desnudo, ella dijo ‘cariño no eso no’, yo pregunte ‘¿Por qué?’, me dijo nuevamente que no estaba bien, pero seguía restregándose sobre mi pene desnudo.

No dije nada más, le baje sus bragas lentamente, deslice mi pene erecto entre sus piernas, pronto me di cuenta que mi pene estaba entrando lentamente en su vagina húmeda, en voz baja me dijo que lo hiciera muy despacio, lo hice muy despacio al principio pero luego mis penetraciones fueron cada vez más fuertes, ella empezó a gemir de placer, note como se estremecía al llegar al orgasmo no pude aguantar más y me corrí dentro de ella, al terminar se puso frente a mí y me beso dulcemente en los labios, unos minutos más tarde me recupere para hacerlo nuevamente pero de una forma más apasionada, pude jugar sus pechos, pude lamer esos pezones rosados, me dio el mejor sexo oral de mi vida, sentía su cálido aliento sobre mi pene y terminé nuevamente pero esta vez dentro de su boca.

Al día siguiente como era de esperar nos levantamos tarde, al principio no sabía cómo iba a reaccionar mi madre después de lo que paso, pero cuando se acerca a mí completamente desnuda me tomo de la cara y me dio un beso en los labios se me disiparon las dudas, me dijo ‘buenos días mi amor ¿qué tal has dormido? yo hace tiempo que no dormía tan bien’, le dije que a mí me ha pasado exactamente lo mismo, pedimos el desayuno a la habitación, después de comer lo hicimos una vez más.

A partir de ese día para la gente éramos madre e hijo, pero en la intimidad éramos amantes, después de esas vacaciones mi madre se destapó del todo, recuperó su jovialidad, al poco tiempo decidí mudarme con ella e incluso fuimos a un hotel nudista en las siguientes vacaciones.

Acepté probar las cosas que le excitaban a mi madre y que con el tiempo me empezaron a gustar muchísimo, empezamos a ir a clubes de intercambios de parejas en otras ciudades, obviamente sin revelar que éramos madre e hijo, descubrí lo excitante que es ver a mi madre tener sexo con otros hombres mientras yo me acostaba con sus esposas, nuestra vida sexual solo ha mejorado y somos muy felices.

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