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Mi comienzo en el incesto (Parte III)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hoy por fin nos vamos a ir, ya estamos en el aeropuerto, nos quedan unas horas antes de embarcar el avión, me fui a por algo de tomar y cuando estaba pagando el chico de la cafetería me estaba coqueteando cosa que se me hizo divertida, aun vez que ya pague me fui donde estaba papá y mi hermano, al llegar solo vi a mi padre, me senté a su lado y le pregunté.

— ¿Dónde está Juan?

— Esta ahí con unas chicas hablando, parece que se están divirtiendo. — Al mirar donde decía papá vi a mi hermano riéndose con unas tipas, me estaban dando celos y cuando mi hermano miró para donde estábamos yo estaba molesta así que miré para otro lado. — ¿Cuánto queda para embarcar?

— Pues aún quedan dos horas cariño.

— Pues sí que llegamos pronto, me voy al baño papá — Le doy un beso en la mejilla y me fui al baño. Al llegar me lave la cara y al sacármela vi que detrás mío estaba mi hermano lo que en un principio me sorprendió, pero luego me voy para la puerta molesta. No conseguí irme porque me cogió la mano y me llevo a uno de los cubículos y cerro, ahí conseguí que me suelte y le mire enfadada. — ¿Qué haces? ¿Por qué nos encerraste aquí? Déjame irme.

— ¿Por qué estás así? Cuando miré para donde estabais papá y tú, desviaste la mirada.

— ¿Acaso te interesa? Parecías estar muy bien con esas tipas. — Él se rio y yo lo miré más molesta. — ¿Qué te parece tan gracioso?

— Estás celosa, por eso estás tan celosa. Que mona, mi hermanita celosa. — Me cogió del mentón y quité su mano de mi mentón.

— No estoy celosa así que no te rías tanto y déjame salir de aquí.— Él no me hizo caso y de repente me besa aunque yo intentaba separarme de él.

— Tranquila que ninguna de ellas disfrutará de mí. Solo tú hermanita, sentirás mi pene dentro de ti así que no te pongas celosa. — Dijo cuando dejó de besarme, además de que me puso de espalda y noté su pene erecto por encima de la ropa rozarse en mis nalgas mientras subía sus manos a mis tetas.

— ¿Tanto te excita que yo me ponga celosa? Si seguimos aquí, papá se va a extrañar, deberíamos volver. — Él siguió tocándome las tetas haciendo que me excite.

— Me gustas celosa ya que te ves muy caliente, así que sí, me excita que te pongas celosa y papa puede esperar, ya pensaremos alguna escusa. Así que ¿seguimos? — Dijo mientras me besaba el cuello y una de sus manos bajo a mi vagina mientras la otra me apretaba el pezón haciéndome gemir.

— Sí, sigamos, no quiero esperar, me has excitado bastante. — Me quito los pantalones y braguitas y mi hermano saca su pene sin quitarse todo. Luego me mete el pene de una y empieza a moverse rápido, así que después de unos minutos me corro y me quito su pene de mi vagina para metérmelo en la boca y hacerle un oral hasta que se corra. Cuando acabamos nos vestimos y nos besamos apasionadamente y luego él me da una nalgada. Yo antes de salir me tomo un caramelo para que no se note tanto, volvimos a donde estaba papá.

— ¿Cómo es que estáis juntos? ¿Y por qué tardaste tanto Cristina? — Dijo algo preocupado.

— Pues es que estaba bastante ocupado y cuando salí me encontré con mi hermano y vinimos juntos. — La excusa parecía bastante convincente ya que se relajó yo me senté junto a él y le di un beso en la mejilla y le abracé. Al mirar a mi hermano vi que estaba algo pensativo. Me quedé apoyada en papá hasta que ya quedaba poco para la hora.

Luego nos pusimos a la cola y al poco pudimos subir. En el avión yo estaba en el medio, mi hermano estaba al lado de la ventana y papá en el otro lado. Me apoye en el hombro de mi hermano para dormir en el viaje, al llegar mi hermano me despertó, cuando estábamos levantados esperando a salir noto que me pellizca el culo a lo que le doy en el brazo para que pare. Cuando salimos recogemos nuestras maletas y cogemos un taxi para que nos lleve a donde papá tenía el bungalow. Era bastante bonito y hay estaba él señor que nos la rentaba, estuvieron hablando papá y él, además notaba que me miraba de reojo a veces, luego de darle el dinero nos dio la llave y se despidió. El bungalow tenía una cocina, salón, baño y dos habitaciones. Una habitación tiene cama matrimonial y la otra tenía dos camas individuales. Papá se fue a la matrimonial y nosotros en la que tenía las dos camas individuales. Después de dejar las cosas me puse una camiseta de tirantes y me quité el sujetador, un pantalón de chándal que me llegaba justo debajo de mis nalgas y luego salí a donde estaba papa y mi hermano. Estaban viendo una película y me uní, me puse en el medio y me abracé al brazo de mi hermano poniéndolo en medio de mis tetas y con la cabeza en su hombro. Él sonrió y me susurró al oído.

— ¿Quieres excitarnos a papá y a mi hermanita? — Yo me sorprendí por eso.

— ¿De verdad crees eso? ¿Por qué lo haría? — Dije también susurrándoselo.

— Esa ropita que te has puesto no te tapa casi nada, seguro que si sigues así papá se pondrá duro.

— No creo que sea para tanto, soy la niña de sus ojos, no creo que me vea como una mujer.

— ¿Hacemos una apuesta?

— Vale.

— Tienes que intentar excitarlo en toda la película, si se le pone dura serás mi esclava sexual por un día.

— Y si yo gano tu harás todo lo que quiera por un día.

— Acepto, voy a disfrutar mucho de ti siendo mi esclava sexual, ya me imagino lo que te haré hacer, pufff.

— Ya veremos, seguro que vas a tener que hacer todo lo que yo quiera. — Él se fue al baño y yo aproveché para ponerme como antes me había puesto con mi hermano, aunque el brazo de papá era un poco más grande así que tenía que hacer un poco más de presión para que estuviese entre mis tetas.

— ¿Te molesta que esté así papi?

— Para nada cariño. — Dijo mientras miraba fijamente la película. Mi hermano volvió y al sentarse disimuladamente me empezó a tocar el culo, yo no le tome importancia ya que estaba cómoda apoyada en papá. Mientras veíamos la peli noto que mi hermano intenta meter su dedo dentro de mi pantalón, con una pierna le doy para que deje de intentarlo, pero él insistió más. Papá se dio cuenta de que algo pasaba e intentó ver, pero yo puse su cara mirándome.

— ¿Pasa algo cariño?

— No, no tranquilo. ¿Me das un abrazo? Me he puesto algo mimosa.

— Claro cariño. — Me senté encima de él y le abracé apoyando mi cabeza en su pecho, él me correspondió y estuvimos así un rato cuando noto algo rozarme la vagina. Me sorprendo mucho ya que no me imaginé que papa se excitaría conmigo, yo hice como si no lo noté y me rocé un poco con él por encima de la ropa. Él se estaba poniendo más duro y también más nervioso. Me fijo en como me mira mi hermano y creo que se dio cuenta de que papi si se puso duro así que estaba sonriendo de una forma que me daba a entender que ya se imaginaba lo que me haría ese día.

— Bueno cariño levántate que me voy a dormir me encuentro cansado. — Le hice caso y se fue a su cuarto no sin antes dar las buenas noches y me dio un beso en la mejilla aunque fue más cerca de los labios de lo habitual.

— Así que no se le iba a poner dura porque eres la niña de sus ojos ¿no?

— Bueno yo pensaba que papá no se excitaría conmigo. — Dije poniendo mis brazos cruzados por debajo de mis pechos haciendo que él mire para ellos.

— Pues te has equivocado, como voy a disfrutar el día que seas mi esclava sexual. Además ¿quién se resistiría a este cuerpo tan rico? — Dijo mientras me aprieta una nalga sorprendiéndome.

— Quédate quieto que papá puede salir en cualquier momento.

— No lo va a hacer, así que disfrutemos un rato. ¿Sí? — Dijo mientras jugaba una de mis tetas y me quitaba el pantalón, a lo que no me resistí y metí mi mano dentro del pantalón de mi hermano y empecé a jugar con su pene. Una vez que ya nos quitamos toda la ropa, me bajo a chuparle su pene y primero solo lamo la punta y luego empiezo a chuparlo poco a poco hasta tenerlo todo en mi boca y juego también con sus huevos. Después de un rato me dice que me ponga a cuatro y cuando estoy en cuatro en el sofá, él me penetra sin avisar por lo que tengo que morder el respaldo del sofá para que no se me oiga gemir, él sigue penetrándome duro y yo me movía también, ya controlándome más con los gemidos, me puso dos dedos en la boca y yo los empecé a lamer y llenar de saliva, cuando él creyó que estaban con bastante saliva los saco y me los metió en el ano provocándome mas placer y en poco me hizo llegar al orgasmo y él me penetró más duro, luego de un rato nos venimos los dos juntos y nos besamos. Recogemos nuestra ropa y nos vamos a nuestra habitación cuan algún beso y azote de su parte y nos ponemos él un calzoncillo y yo un pijama bastante cortito y nos dormimos.

A la mañana siguiente cuando despierto mi hermano sigue dormido y yo me levanto y voy a desayunar, en la cocina se encontraba papá haciendo el desayuno.

— Buenos días papi.

— Buenos días cariño. — Dijo aun sin mirarme, cuando acabo de hacer el desayuno se giró a verme y se quedó unos segundos parado mirándome con sorpresa.

— Papi ¿estás bien?

— Sí, sí, solo que me sorprende que estés vestida así. ¿Siempre duermes con ropa tan… corta? — Dijo ya saliendo del shock, pero sin dejar de mirarme o mejor dicho mirar a mis tetas, que seguramente se me marcaban los pezones ya que no tenía sujetador puesto.

— Sí, cuando es verano suelo ponerme pijamas así. ¿Te molesta? — Dije acercándome un poco más a él.

— No, no. Deberías ir a despertar a tu hermano.

— Voy papi. — Digo y le doy un beso en la mejilla para luego irme exagerando un poco mis movimientos de cadera para que se fijase en mi culito, lo que me parecía divertido. Al llegar a nuestra habitación abrí y me puse encima de mi hermano y lo bese, para luego bajar a su cuello e ir besándolo y lamiendo. Se despierta y me toca el culo mientras mete una de sus manos dentro de mis braguitas y juega con mi vagina. — Buenos días hermano, papi quiso que te viniese a despertar.

— Pues si que me has despertado y creo que a alguien más se despertó. — Dijo mientras ponía una de mis manos en su pene.

— Pues no creo que haya tiempo de arreglarlo porque papi espera y puede sospechar. — Digo levantándome de él y yendo a la puerta.

— Me debes una malvada.

— Ya se verá. — Y me fui para la cocina, al entrar ya estaba todo puesto y solo me senté, Juan llegó después ocultando su erección y empezamos a comer. — ¿Podemos ir a la playa por fiiii?

— Sí, cariño, iremos después de preparar todo.

— Genial. — Una vez que acabamos de desayunar Juan se quedó lavando los platos y papá y yo fuimos preparando nuestras cosas para la playa, después de 15 minutos todos estábamos ya preparados para irnos. Como me voy a divertir en la playa.

Continuará…

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Lamento mucho haberme tardado tanto, voy a intentar que en la siguiente no pase. De verdad lo siento.

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