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Presa en mi memoria (Partes 1 y 2)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Me llamo Tamara, tengo 26 años y estoy a punto de recibirme de enfermera, estoy en pareja desde hace cuatro años, con un chico al que amo con todo mi corazón, pero que sexualmente no es compatible conmigo.

Convivimos en la ciudad de mis padres así que los vemos seguido y podemos siempre hablar aunque nos mantenemos solos y mis papas no quieren darnos dinero.

Cristian es un chico colorado no muy alto muy blanco de piel con una verga hermosa, pero que solo piensa en sus intereses, y así fue como decidió irse a su pueblo cuando las cosas en la ciudad se complicaron dejándome sola con una relación a distancia.

Por mi parte yo siempre fui luchadora me faltaba solo 1 año para poder recibirme cuando ambos nos quedamos sin trabajo, eso nos distancio mucho, nuestros encuentros íntimos empezaron a enfriarse, el buscaba acabar y si yo lo hacía o no poco le importaba. Yo quería seguir adelante superarme, recibirme y después si irme, pero Cris no el quería irse y volver cada cierto tiempo así que no hubo nada que hacer, él se fue y al poco tiempo conseguí trabajo de moza, los horarios eran flexibles para poder cursar y el dueño del restaurant era muy atento conmigo, seguía de cerca todo lo que yo hacía.

Lo único que no me gustaba de este trabajo era el uniforme demasiado ajustado, y encima una camisa, las camisas no me quedan bien porque hacen que se me marquen todas las tetas y además no consigo una que me cierre, debido al tamaño de mis amigas. El pantalón negro y los tacos me hacían sentir muy mal conmigo misma ya que no me gustó mucho y además se marcaba demasiado mi culo grande.

Los días iban pasando con Cris nos vimos tres veces y los encuentros íntimos fueron como las primeras veces, llenos de fuego lujuria y pasión. Amaba chuparle la verga y que se viniera en mi boca, hacerlo sentir el hombre más deseado del mundo, que con mis palabras y gemidos se encendiera al máximo, pero no puedo negar que me sentía sola, así que caí en el vicio del cigarrillo, cuando estaba mi pareja lo escondía porque se enojaría pero cuando no, me fumaba hasta dos atados por día.

Un día antes de que venga Cris mi hermana me dice que estaba muy tensa, que deberíamos salir a bailar, debo confesar que jamás salí no me gustaba pero ella insistió, me presto ropa suya, una minifalda roja y una remera negra bastante escotada, de esas a las que no podes ponerle un corpiño debajo porque solo lo arruinarías. Fue frustrante ella se fue con el primero que se le cruzó y yo me fui a la barra empecé a tomar hasta que perdí la noción de donde estaba, en eso se acercó Eze, un hombre de unos 40 de buen porte y muy bien vestido es todo lo que recuerdo.

E: no le sirvan más a la señorita yo pago y nos vamos.

T: que?? Yo quiero seguir tomando no ves? lo estoy pasando de maravillas?

E: te dije que nos vamos, pagó y me saco a las rastras de allí.

Yo estaba enojada pero a la vez me sentía contenta siempre había querido que alguien me domine como si fuese una cosa, así que Eze había logrado excitarme.

Recuerdo que salimos del bar y nos subimos al auto Eze me dijo que a partir de ahora yo tenía que obedecerle en todo, o me las vería feas.

Fuimos a casa y después de fumar lo guie hasta mi habitación a penas podía mantenerme en pie por lo que me acostó y fue a su auto, cuando volvió con un bolso no podía creer lo que veían mis ojos, tenía sogas y muchos látigos.

Por desgracia no logro recordar nada de lo que allí pasó solo los gritos de mi pareja cuando no fui a buscarlo a la terminal y fue a casa y me encontró en la cama toda llena de marcas sexuales y olor a sexo, colillas de cigarrillos.

—Que hiciste? Estas enferma… Cómo pudiste hacer esto en nuestra casa…

Sus gritos no me dejaban pensar estaba, muy ebria y me, solía la cabeza… Pero que el dijera NUESTRA casa realmente me había desencajado… Esta no era su casa… Él había decidido irse… No podía pensar necesitaba un respiro, así que como pude me levanté… Tenía el culo roto y era virgen hasta ese momento… Venían imágenes muy esporádicas a mi mente, pero no lograba acordarme… Necesitaba estar sola… Así que me levante como pude me vestí llorando le pedí que no me, gritase y salí, dejando a Cris solo.

En la calle decido que lo mejor es ir a la plaza así que con, las lágrimas brotando de, mis, ojos empecé a caminar… Siento una nalgada me doy vuelta y ahí estaba Eze…

E: Quien lo hubiese dicho trola que ibas a estar acá… Estando tú novio en casa… Por cierto tenés los ojos como si hubieses estado llorando.

Lo ignoré… No recordaba y no podía decírselo… Me siguió y me beso, respondí y fuimos a su casa solo para charlar. Necesitaba respuestas y el único que podía dármelas, muy a ni pesar era el como yo la, mina fiel, la soñadora había, amanecido, así? Una cosa era fantasear pero al parecer esta vez se me fue todo, de las manos, mientras mi mente trataba de armar el relato Eze me, dio un café…

Me dijo que no se suponía que las putas se pusieran así, yo era una, puta reprimida así que no me enojo que me lo dijese… Pero… empecé a llorar le confesé que no recordaba nada… Lo primero que él, dijo como, atajándose era que él no me había forzado a nada… Pero que después de que él fue al auto yo lo estaba esperando desnuda mis ojos se abrieron como, platos, me dijo que yo le había pedido que me ate y él lo hizo, que nos dimos, un beso y luego otro y así hasta que nos dolía la boca…

Empezaba a recordar luego de eso metió su verga en mi boca y empezó a cogérmela, re bruto, yo disfrutaba tanto, puede que estar ebria hubiese ayudado a lo que paso, recordé que me, puso un, collar de perra y empezó a darme, sopapos me preguntaba quién era la trola más puta y yo le respondía yo sus manos estaban en todo mi cuerpo lo recorría y besaba, me encantaba, me daba pequeños látigos y mi piel se estremecía, jamás nadie me había hecho nada igual, solo se habían concentrado en mis tetas, su verga entro a mi conchita y me, estremecí era ya grande que me hacía sentir en él, cielo me daba grandes embestidas y así se vino, adentro, me dio vuelta empezó a jugar, con, mi, ano y me lo, rompió sonreí Eze estaba mirándome tiernamente e interrumpió mis recuerdos

—jamás estuve con una puta como vos… gozaste demasiado ser una trola…

Empezaba a reír y a pensar en que mi vida necesitaba un golpe de timón… Porque con Eze había sido quien deseaba ser… Eze había dominado todo de mi esa, noche, fue como, un video porno hecho real y que más podía pedir?? Necesitaba hablar con Cris contarle todo… Así que salí de lo de Eze besándolo y prometiendo, volver a verlo…

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