Todo comenzó a primeros de este año, yo caminaba por la calle mirando escaparates de tiendas de ropa interior.
Llevaba horas paseando por las calles más céntricas de mi ciudad hasta que vi algo interesante en una boutique donde me llamo un corset ajustado color rojo, entré al establecimiento y pregunte a la dependienta que si tenía mi talla de dicha prenda la cual me gustó tanto, la chica que allí atendía me saco lo que yo andaba buscando y me fui directa al probador para ver cómo me quedaba puesto.
La dependienta me pregunto qué tal me quedaba y la dije que entrase conmigo al probador, ya que solamente estábamos ella y yo en la tienda, la chica cerró la puerta del establecimiento para que así no nos molestase nadie ya que tampoco era buena hora para tener la tienda abierta, se acercó a mí y me estuvo ajustando el corset de tal forma que casi me quedaba sin respirar, la dije que si me podía aflojar un poco la prenda y ella misma vio que me costaba respirar.
La chica me miraba fijamente a los ojos y pude ver en ella cara de deseo, deseo hacia mí, acerque mis labios a los suyos y comenzamos a besarnos apasionadamente sin reparar que yo a esta chica no la conocía de nada pero que me sentía atraída sexualmente por ella, me fue desnudando al mismo tiempo que me quitaba la ropa que ella me había apretado quedando completamente desnuda en el probador.
Me besuqueaba por todo mi cuerpo hasta llegar a mi parte más íntima, mi coñito semi-peludito, digo esto porque tengo la brasileña hecha y me queda muy bien la rayita de vello por encima de mi vagina, comenzó a lamérmelo como si fuera a comérselo a chupetones y lametones, yo jadeaba y gritaba de gusto mientras ella se dejaba los labios en mi coño mojado y muy caliente.
Al mismo tiempo que me comía podía sentir como me abría el coño con sus dedos y su lengua se adentraba sigilosamente por el interior de mi vagina, yo no podía parar de gozar como una perra en celo y ella no paraba de chupar los labios de mi parte intima de una manera viciosa y atrevida, la levante de su sitio y entonces comencé yo a besarla y lamerla por sus grandes tetas y sus pezones que parecían botones empinados y muy duros además.
La chica que estaba espatarrada sobre la butaca del probador, baje a comerla su depilado coño que me traía loca del gusto como ella me lo había comido a mi antes que yo, ella semi-tumbada sobre la butaca y apoyada en la pared del probador con sus tetazas al aire y yo entre sus piernas haciéndola feliz de placer.
Me levante y la puse de espaldas a mí pero como si estuviera a cuatro patas, dejando su abierto coñito delante de mi cara, se lo volví a comer y cada vez con más ganas, ella gritaba de la gozada que se estaba llevando en ese momento gracias a mí, penetre mis dedos por el orificio de su vagina como cuando te están follando con rabia y lujuria sexual.
Al cabo de un buen rato pude ver como la chica se corría delante de mis ojos y yo con mi lengua saboreando su flujo blanco que salía de su coño cayendo entre sus piernas.
Fue de lo mejor que me había pasado en mucho tiempo, jamás lo olvidare.
Ver como se corre una dependienta de una boutique de ropa interior femenina.
FIN