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Tiempo de lectura: 8 minutos

Todo comenzó entre los dos de forma inocente, unas cuantas mordidas de amor aquí, algunas que hacían rascar en el lugar allá, Ken ni siquiera se dio cuenta al principio pero había dejado su parte justa de marcas en el cuerpo de Daisuke, le había mordido el labio lo suficientemente fuerte como para extraer la sangre, lo suficientemente fuerte como para dejar moretones del tamaño del pulgar en sus caderas. Daisuke culpó a su agrietado labio en el aire seco del invierno y a sus contusiones en accidentes de partido de fútbol, pero Ken sabe la verdad y se lo recordaba cada vez que lo mira.

Al principio siempre eran accidentes, asperezas en un momento de pasión, y Ken no pensaba mucho en eso. Se había despertado para encontrar marcas de arañazos en su espalda y no le había parecido nada inusual. Cosas así sucedieron cuando el sexo era tan intenso como el de ellos.

Pero últimamente comenzó a notar que Daisuke llevaba muchas más marcas que él, y más a menudo. En general, todavía eran lo suficientemente pequeñas como para esconderse o explicar fácilmente, pero sabía que estaban allí y comenzó a prestarles más atención. Se encontró más consciente de sus acciones, preguntándose incluso mientras mordía la piel detrás de la oreja de Daisuke si dejaría una marca y mordía más fuerte para asegurarse de que lo haría, el dueño de la oreja al ser un eyaculador con solo ese toque se vino casi y acto seguido fue cuidado en sus brazos. Las ideas comenzaron a formarse en su cabeza.

Sus acciones se volvieron intencionadas cuando calculó diferentes lugares, diferentes métodos, chupando, mordiendo, pellizcando, lo suficientemente fuerte como para dejar una marca más duradera en la piel de su amor. Descubrió que le gustaba, y que incluso más al disfrutar de las señales que mostraban visiblemente que el cuerpo de Daisuke era todo suyo, le gustaba la forma en que él gritaba cuando las hacía, la forma en que su cuerpo se sacudía y se estremecía en reacción a sus esfuerzos, le gustaba la forma en que la voz de Daisuke hacía que el eco temblara a través de su propio cuerpo.

Y así siguió haciéndolo, con más frecuencia y más fuerza, porque podía y porque Daisuke se lo permitía, disfrutaba tanto del dolor que le daba que en ocasiones le hizo sentirse culpable de que sus orgasmos fueran mucho mejores cuando estaba lastimando a alguien que amaba. Y se preguntaba por qué Daisuke lo permitía hasta cuando forzaba el límite y aunque sabía que él no se lo permitía le dejaba seguir hasta más allá del dolor y todavía seguia disfrutandolo,

¿O era él? comenzó a enfocarse más cuidadosamente en las reacciones de Daisuke, sabía cómo reaccionaba y disfrutaba esas reacciones, pero descubrió que realmente no sabía qué significaban. ¿Estaba confundiendo gritos de placer con gritos de dolor? Tal vez realmente no estaba lastimando a Daisuke después de todo, definitivamente no estaba seguro de qué hacer al respecto.

Pero, al prestar más atención sabía que no se había equivocado. La forma en que Daisuke se estremeció, la forma en que hizo una mueca.. este último se quedó sin aliento, disfrutaba de ese dolor, y, tal vez por eso su erección nunca se detuvo, se mantuvo firme y goteaba incluso cuando Ken dejó una serie de marcas de dientes en su muslo interno mordiendo lo suficientemente fuerte como para romper la piel. Cuando Ken se deslizó hacia atrás por su cuerpo, pudo ver que Daisuke tenía rastros de lágrimas trazando un camino desde las esquinas de sus ojos fuertemente cerrados hasta su línea del cabello.

– ¿Por qué no me detiene? ¿Por qué me deja hacerle esto? -. Pensó hacia si mismo, pero incluso mientras lo pensaba, Daisuke se balanceó contra él y él pudo sentir la propagación del calor húmedo entre sus estómagos

– Tenemos que hablar de esto-. Pensó de nuevo pero no dijo nada, simplemente se acercó hasta él y lo abrazó mientras Daisuke temblaba de placer y jadeaba por aire.

Pero, ¿cómo se menciona algo así? no tenía idea de cómo siquiera comenzar la conversación. Cada vez que lo intentaba, terminaba cambiando de tema, sintiéndose demasiado incómodo para enfrentar su realidad hasta que se enfrentó a él, hasta que Daisuke gruñó fuerte cuando le le pellizcó el pezón, clavándole las uñas, y vio que los dedos de Daisuke se apretaban contra las sábanas.

– ¿Te gusta esto? -. dijo en voz alta, sorprendiéndose a sí mismo. Esperó a que Daisuke abriera los ojos y vio la pregunta en ellos.

– ¿Te gusta cuando te lastimo?

Daisuke se ruborizó de inmediato, pero cuando abrió la boca no fue la negación que Ken esperaba.

– Sí -. susurró casi inaudible.

Ken sacudió la cabeza con incredulidad, a pesar de que ya sabía que era verdad. Tuvo problemas para encontrar el aire suficiente para hablar.

– ¿Por que?

– No lo sé, no sé qué me pasa, tal vez será que me acostumbré a tu forma de darme el amor que merezco

Pero luego abrió los ojos y le miró directamente

– ¿Y a ti? ¿Por qué te gusta lastimarme?

Sonaba mucho peor dicho en voz alta,

-¿Qué clase de persona horrible soy? -. Pensó hacia si mismo pero todo lo que dijo fue un eco de las palabras de Daisuke:

– No lo sé. No sé qué me pasa.

Se miraron fijamente y, lentamente, una pequeña sonrisa levantó las comisuras de la boca de Daisuke

-¿Cómo llegamos a esto? -. Preguntó Ken

– ¿Importa? y ¿Te importa?

– No… N… no… pero no deberia preguntarte esto.

– No me importa -. le dijo y se llevó la mano de Ken a su pecho, las acciones claras y las palabras aún más claras.

– Quiero que lo hagas.

-¿El que?

-Agujereame, quiero dolor placentero

-Sé que he abusado de tu cuerpo en muchas ocasiones pero hoy estoy con muchísimas preguntas que no me dejan pensar con claridad, te haría daño y no quiero, no puedo hacerlo -. Confesó con un poco de temblor en sus cuerdas vocales y en sus manos por lo que Daisuke entendió que Ken no estaba preparado en esta ocasión, lo abrazó y terminaron con su sesión amatoria, lo unico que hubieron alli fueron palabras para hablar sobre lo que cada uno quería y le gustaba y no, y mientras Ken estaba teniendo una crisis existencial, Daisuke pasó unos minutos investigando en internet. Quizás lo que tenían entre ellos no era tan común, pero tampoco estaban solos. Encontraron consejos e ideas y se sintieron cómodos con ellos mismos, pero tras eso, Ken no quiso seguir ofreciendo amor a su chico, no tenía claro emocionalmente lo que sentía y Daisuke lo entendió, decidieron esperar a que Ken volviera a su realidad.

Se tomaron algunas semanas para prepararse adecuadamente, tanto en términos de investigación como de adquisición de los suministros necesarios, y Ken todavía se siente bastante nervioso por todo el asunto. Excitado pero nervioso, y sus manos tiemblan mientras coloca la caja de agujas en el suelo al lado del futón. Son diminutos, un calibre fino, hecho para la acupuntura.

Ambos se sientan, desnudos, en el futón.

– Dame tu brazo -. Ken instruye, y Daisuke con calma extiende su brazo, apoyando su codo sobre la rodilla de Ken. Observa en silencio, confiando, aunque Ken puede ver el ascenso y la caída de su cuerpo mientras respira, agarra una almohadilla de algodón y la presiona en la parte superior del recipiente de alcohol, bombeando una vez para empaparlo en líquido. Desliza un parche en la parte superior del antebrazo de Daisuke y deja caer el algodón en el pequeño recipiente de plástico junto a ellos, abrió la caja de acupuntura y recogiendo una de las agujas.

Pero antes de pasar a la acción hace una pausa.

– ¿estás realmente seguro de esto?

Sin poder evitarlo Daisuke suelta una pequeña risa

-¿Porqué te ries?

-Porque es lo mismo que me dijiste cuando ambos perdimos la virginidad, tu pregunta fue la misma

-Y cual es tu respuesta

– La misma, adelante y sin miedo

Ken respiró hondo y dijo

-Bueno, ahí voy

Justo como habían investigado, coloca la aguja casi plana contra el brazo de Daisuke y la desliza con mucho cuidado debajo de su piel. Oye una especie de silbido extraño pero no mira hacia arriba, se inclina lentamente y empuja la aguja hasta que la punta se libera. Permanece quieto por un momento, y luego se va, mirando el delgado metal tejido a través de la piel de Daisuke

-¿Qué sientes? -. pregunta, teniendo que aclararse la garganta antes de que pueda hablar.

Daisuke sacude la cabeza cuando Ken lo mira.

– Está bien, es solo un pequeño pellizco entrando y saliendo. igual que al sacar sangre o algo así

Ken traza un dedo sobre el brazo sintiendo el ligero golpe del eje de la aguja debajo de la piel.

La piel de gallina se rompe en el brazo de Daisuke a su paso.

– Eso se siente raro -. dice

– ¿Es malo?

– No, sólo raro.

Una de las cosas que le gustan a Ken es que Daisuke aunque lo parezca no es el pasivo en esta relación. Si él no hace nada, Daisuke tomará la iniciativa, haciendo lo que le plazca, siempre y cuando Ken lo permita. A pesar del control que tiene sobre él, Daisuke es quien debe derribarle al futón. él usualmente da lo mejor que puede (cuando quiere, aunque no en términos de dolor), como tocar y bromear, y generalmente eso hace que Ken sienta que todo su cuerpo está en llamas. Daisuke levanta la cabeza tan pronto como Ken toca su hombro.

– No… no puedo… -no sabía que ocurria, no queria hacerle daño de forma consciente a Daisuke, la duda le tenía en una especia de bloqueo dificil de explicar

– Está bien, entonces ¿Que quieres que haga? -contesta de forma agradable

-¿Puedes ponerte de rodillas-. pregunta, realmente nunca le exige cosas, no necesita hacerlo.

Prepara todo cuando Daisuke se reposiciona, empapando un algodón con alcohol. Pasa el algodón por la parte posterior de los muslos cubriendo un área generosa y dejandole temblando cuando el líquido se evapora, espera hasta que los temblores de Daisuke disminuyan hasta que pueda estar seguro de que sus propias manos son firmes, y luego pasa una mano por la parte inferior de la espalda en señal de advertencia, un gesto inusualmente suave para él.

A continuación marca una línea invisible en la parte posterior del muslo de su chico con una uña para que pueda sentir exactamente dónde intentará insertar el metal. Después de un momento coloca la primera aguja con cuidado contra la piel de Daisuke.

– ¿Listo?

Su amor asiente y luego toma una respiración, liberándola temblorosamente una vez que Ken retira sus manos, este mira la aguja, una pequeña línea de metal atravesó la piel de Daisuke hasta la mitad del muslo y luego le preguntó si está bien.

-Mmm -. responde tan retrasado que no tiene sentido, y Ken se ríe casi tímidamente.

Desliza la segunda aguja en la otra pierna en línea con la primera, y se pregunta si tendrá la paciencia para esto después de todo. Daisuke está tan bien posicionado e invita a los debates de Ken que simplemente lo llevan allí y allí. Se retiene, no queriendo arruinar semanas de planificación.

Se alterna de un lado a otro entre las piernas, reduciendo su velocidad poco a poco, trabajando duro para controlar su respiración y mantener sus manos firmes, aunque se excita cada vez más con cada inserción y es casi imposible concentrarse. La polla de Daisuke ya está colgando pesadamente entre sus piernas, un pequeño lugar húmedo donde la venida previa ha goteado sobre el futón debajo de él. Su respiración suena trabajosa, pero no se detendrá a menos que Daisuke le diga que lo haga.

Se sienta para admirar su trabajo después de que teje en la última aguja en lo alto del muslo. Las agujas hacen dos líneas rectas hasta sus piernas, desde la mitad de los muslos hasta justo debajo de las nalgas de Daisuke, pareciendo pequeñas escaleras o cremalleras o vías de ferrocarril. Fascinado, Ken arrastra sus dedos índices por el centro de cada uno, sintiendo los golpes de metal justo debajo de la piel. Daisuke grita y se estremece violentamente. Pero Ken sonríe.

Es tan difícil no empujarlo directamente hacia él, pero con las agujas que atan la piel no sería seguro. En su lugar, traza lubricante a través del ano de Daisuke, recogiendo uno de sus consoladores de tamaño mediano y utilizando la punta para dibujar círculos alrededor de los bordes de la piel sensible. Luego, sin avisarle, deja que la punta se deslice hacia el centro y empuja con fuerza. Daisuke se sacude y grita, el sonido se interrumpe bruscamente cuando su voz se quiebra, y el futón debajo de él salpica repentinamente aparte de una breve sonrisa que él no puede ver, Ken ignora esto, empujando el consolador más adentro.

Daisuke no vuelve a gritar, pero un sollozo fuerte es casi tan satisfactorio para Ken y saca el juguete por completo, solo para empujarlo de nuevo, follando a Daisuke con golpes fuertes y profundos. Espera hasta que su voz sea áspera y considera simplemente rendirse y follar su boca hasta que se haya ido por completo.

Pero eso no está de acuerdo con su plan, por lo que Ken aprieta los dientes contra su propia excitación y elimina el consolador dejándolo a un lado. Presiona un dedo sobre una de las agujas y, con un movimiento rápido, lo saca con la otra mano y lo deja caer en la basura cercana. Daisuke gime y Ken continúa, y el proceso de eliminación es mucho más rápido que colocarlos pero es casi tan excitante y se deleita con los múltiples puntos rojos que florecen a lo largo de las agujas, dejando un camino algo menos uniforme a lo largo de las piernas de Daisuke quien vuelve a ser violentamente usado cuando Ken deja caer el trozo final de metal en el recipiente y sin perder más tiempo, le agarra ásperamente por las caderas y golpea adentro, su gemido de alivio es aún más fuerte que el de Daisuke, este último está demasiado caliente y apretado alrededor de él para que Ken lo pelee por mucho tiempo, por lo que se asegura de que cada empuje empuje sus muslos tan fuerte hacia la parte de atrás de Daisuke como pueda. Está seguro de que la piel es demasiado sensible, y tal vez no esté equivocado, ya que su chico se aprieta aún más a su alrededor y Ken llega al final de su paciencia. Con un gruñido bajo, golpea lo suficientemente fuerte como para levantar las rodillas de Daisuke del futón, y allí, el fogonazo de orgasmos aumenta y explota, enviando oleadas de calor a través del cuerpo de Ken mientras se derrama en su chico. Débilmente escucha el ronco grito de Daisuke cuando eyacula convulsionando alrededor y debajo de Ken mientras este lo mantiene en su lugar.

– Eso fue realmente bueno ahora permiso porque… me voy a desmayar -. susurra después de que Ken se retirase y fuera tomado en sus brazos inclinándose para besar su mejilla, rápidamente lo hace, la pequeña sonrisa en sus labios se relaja mientras se afloja en el abrazo de Ken y este mira hacia abajo y ve las filas de manchas de color rojo en sus muslos, sonrie mas y abraza a Daisuke inconsciente con mas fuerza, este extraño amor es insuperable.

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