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Cómo nos conectamos con mi suegra de una forma especial
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Bueno le comento que esto es real 100 x 100, mi nombre es Alex, soy alto 1,87 buen físico, tengo 30 años y con las mujeres siempre me fue muy bien, pero esta vez mi desafió iba más allá de una simple aventura, tenía uno extraño sentimiento de deseo hacia mi suegra desde que la había conocido. Ella no es muy alta, más bien bajita, de ojos azules y rostro muy bonito, su figura es propio de su edad (55 años), buen culo y lo que más me gustan son sus tetas.

Todo comenzó el verano pasado cuando una tarde nos vino a visitar, ya que vivimos en la misma ciudad, siempre me lleve bien con ella y en más de una oportunidad habíamos cruzado miradas algo extrañas diría yo y cuando nadie nos observaba, eso llamaba más mi atención, siempre se preocupaba por mí y cada vez que nos veíamos nos saludábamos con un beso muy cerca de la comisura del labio, ella jamás los esquivó, y que hacían ir a mil mis ratones.

El día que nos visitó, mientras estaba sentada en una reposera en el jardín, me mostró como se le había manchado la remera en la parte de abajo, instintivamente mire y no pude dejar de observar su entrepierna, quede atónito al ver como se marcaban sus labios vaginales en el jean, provocando en mi una erección inmediata que rápidamente se notó por lo que pude observar en su cara.

Necesitaba verla, así que al otro día fui a su casa con la excusa de buscar unas herramientas que mi suegro tiene, llegue como a las 15:00 hs. y la encontré tomando sol, mi suegro no estaba. Tenía puesto una malla enteriza que poco dejaba ver, me quede charlando un rato con ella y me comentaba que le hacía bien tomar sol, yo deseaba tener acceso a ella en ese instante, no podía contener mi excitación, cuando se puso boca abajo le comente que el sol estaba muy fuerte y que si quería le pasaba protector solar en la espalda, se quedó callada un instante y me dijo que sí, pero que no le comente a su marido porque era muy celoso y lo podría tomar a mal, contestándole yo que no era para menos con semejante mujer, se sonrió y dijo “además podría ser tu madre”, respondiéndole “gracias a dios no lo es”, se quedó callada, sin decir nada.

Tome el pote de protector solar y comencé a frotárselo en la espalda, se sentía muy suave, entonces me dijo que parecían masajes y que la relajaban bastante, continuando como si nada me ofrecí a hacerle unos buenos masajes, respondiendo que sí, pero que por favor quedara entre nosotros, para mí la idea de tener secretos entre nosotros realmente me brindaba otras posibilidades.

Comencé con mi masaje, podía notar como se relajaba ya que se encontraba acostada boca abajo, aunque la malla me limitaba los lugares de acceso le dije que necesitaba alinear las vértebras con mis pulgares, por lo que sin que lo pensara dos veces, quede sobre su espalda y con mis pernas a un lado de las suyas, se movió un poco y pensé que me pediría que saliera de arriba de su espalda, pero no, se acomodó y me dijo… “de esto a nadie por favor”.

Mis movimientos y mis manos buscaban las orillas tratando de rozar algo de sus tetas, después de un rato corrí su bretel hacia un costado, siguiendo afanosamente con mis masajes, mi excitación había provocado una erección casi total y al estar en pantalón corto, bien podía apreciarse, por lo que poco a poco y casi como un descuido frotaba muy levemente mi pene con su culo, la primera vez hizo un movimiento instintivo como queriendo correrse de lugar, después como que se fue acostumbrando y mis leves apoyadas empezaron a ser más continuas y con más presión, yo estaba como extasiado, en un momento me dice que ya estaba bien que se iba a bañar, se puso de pie y pude ver como miraba mi bulto, a mi ya nada me importaba, pero si sabia y era consciente de que las cosas podían salir muy mal y perderlo todo, aunque no sé si realmente me importaba en ese momento, ya que las ideas de tener sexo con mi suegra me atormentaban, mas sabiendo que había sido mujer de un solo hombre y siempre se había dedicado a su casa y su familia.

Bueno con mis ideas me quede fuera de la casa, viendo que me llevaba como excusa, ella se fue a bañar, antes de irme entre y pude sentir el agua de la ducha, mi curiosidad pudo más y me quede sentado en la cocina esperando el momento que saliera del baño hacia el dormitorio, cuando salió paso rápidamente desnuda, solo con un toallón en su cabeza, en ese instante la calentura pudo más y me acerque al dormitorio, cuando se dio vuelta me vio a los ojos y no dijo palabras, reaccionando después de cinco segundos se tapó y me dijo que me fuera, entonces empecé a decirle que significaba la forma que me miraba, cuando me daba un beso, cuando miraba mi entrepierna, los masajes, ella no decía nada, me acerque más y podía sentir su olorcito fresco de recién bañada, y sin más la di vuelta y le plante un beso en la boca, que al principio resistió pero después pude notar como su cuerpo temblaba… La arrojé a la cama y no le salían palabras, solo murmuraba entre jadeos, le quite el sostén y empecé a chupar sus pezones que estaban como una piedra, ella seguía temblando y a veces parecía que se desvanecía.

Mi calentura era total y al decir verdad en ese momento no existía nada más, mientras mordía sus pezones mis manos buscaban afanosamente sus labios vaginales que estaban muy calientes y mojados, introduje un dedo y comencé a jugar con su clítoris, fue su primer orgasmo, baje con mi lengua haciendo un recorrido desde sus pezones hasta su entrepiernas, cuando mi lengua entro en contacto con vulva y después su clítoris, ella jadeaba de una forma descontrolada y se retorcía, sus jugos recorrían toda mi boca y mi cara después de varios orgasmos la incorpore y de dije que era su turno de hacerme una buena mamada, me dijo que nunca lo había hecho, pero una vez que la tuvo dentro de la boca, comenzó a hacer maravillas, chupaba… lamía, pasaba su lengua por el glande y la volvía a tragar, aunque se lamentaba de que no le entrara toda en la boca. Después de un momento y una buena chupada le acabé en la boca y se tomó hasta la última gota, lamiendo el remanente por toda mi pija, que al cabo de unos minutos estaba otra vez en su máxima plenitud (19×7).

La lleve al comedor la puse sobre una gran mesa, y comencé a lamer su concha, que estaba como fuego, y cuando ya estaba por acabar, levante sus piernas sobre mi pecho y con la punta de mi grande la penetraba muy poquito haciéndola desear, ella me pedía que no la penetrara entre jadeos y excitación, dándose cuenta que no podía controlar lo que su cuerpo deseaba… en ese instante la penetre con fuerza hasta el tronco, arrojando un pequeño grito, se tiró hacia atrás como satisfecha y resignada… en ese instante comencé a bombear poco a poco… viendo ambos como mi pija entraba y salía de su concha, luego se incorporó muy despacio y me abrazo, no decía nada… empecé a bombear más rápido, podía notar que ella se acomodaba para que mi pija entrara más profundo en ella… a todo eso mi mente pensaba en el próximo paso que era tener y hacerle su hermoso culo…

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