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Sucesos inesperados
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Tiempo de lectura: 17 minutos

Hola gracias a todos los que leen mis relatos, para mí es un gusto saber que por lo menos para alguien es agradable lo que les comparto por este medio, hoy les compartiré algo más de lo mucho que viví en esa casa donde aprendí a ser algo que nunca me hubiera imaginado, ya que en mi mente nunca pasó el representar y luego sentirme en verdad una mujer, lo cual fue más difícil de lo que imaginé.

Al día siguiente después de esa noche tan rara que pasé siendo por primera vez la mujercita del señor como después me comenzaron a llamar todos en esa casa a mis espaldas, me levanté ya algo tarde para arreglarme como me lo había indicado aquella persona que me maquilló, la verdad traté de hacerlo lo mejor que pude pero no me quedaba ni un poco parecido y justo cuando estaba en eso llegó ella dando uno de sus característicos gritos al verme.

-¡¡¿Pero qué te hiciste?!! Preguntó con asombro a lo que yo no supe que contestar, tomó un paño para desmaquillarme para luego volverme a maquillar dejándome esta vez como tenía que ser, la parte más difícil de todo sin duda eran los tacones aunque las tangas también fueron muy incomodas los primeros días, ella me dijo vamos a practicar con los zapatos porque me imagino que aún es muy difícil para ti usarlos.

La verdad no hay mucho que contar los primeros días ya que la rutina era la misma mientras que el señor no me llamaba, cuando por fin pude dominar los zapatos de plataforma mi instructora que con el pasar de los días me empezó a hablar de ella pidiéndome que la llamara Lola, ella media como 1,75 sin zapatos, morena bronceada de rasgos más masculinos que yo y con grandes senos que obviamente eran implantes.

Así pasó casi una semana en la que perfeccioné casi por completo mi técnica de maquillaje, llegando así mi día de descanso el cual decidí no usar ya que no sabía a dónde ir, aunque Lola me había invitado a salir con ella y su novio, justo aquel taxista que días atrás nos llevó al centro comercial, decidí aprovechar el día para practicar con los zapatos de tacón el cual medía 10 centímetros lo que para mi era demasiado en verdad.

Al día siguiente cuando estaba terminando de arreglarme tocaron a la puerta creyendo yo que era lola fui a abrir pero me sorprendió ver que era una chica con uniforme de enfermera, sin darme su nombre me dijo que ella era la enfermera del señor y que me tenía que tomar una pastilla que llevaba en una charola, que era orden del señor, intenté preguntarle que era pero me dijo que no preguntara que solo me la tomara.

Sin decir más solo lo hice mientras ella me decía que todos los días me iba a tomar una por la mañana y una por la noche, para luego marcharse sin dejarme decir más, minutos después llegó Lola notándome distraído me preguntó que me pasaba, le conté que una enfermera me dio una pastilla pero lejos de sorprenderse me dijo, “ha ya te dieron la pastillita mágica”, le pregunté porque era mágica pero su respuesta me dejo con más dudas.

Es mágica porque te desaparece unas cosas luego te aparece otras, al no entender le pedí que me explicara pero solo me dijo que ya me iba a dar cuenta, así que ya no quise preguntar más, los días fueron pasando sin grandes novedades, yo perfeccionando desde el maquillaje pasando por la ropa zapatos y hasta modales ya que según el señor tenia fiestas a las cuales yo tenía que asistir cuando él lo pidiera.

Pasaron dos meses en los cuales logré perfeccionar por completo el uso de los tacones siendo de 15 centímetros los más altos que llegué a usar, el señor no me había vuelto a llamar para nada mientras que yo no sentía deseos de sexo pero ni lo notaba, siendo ya casi tres meses desde que me vine por última vez, una noche de un jueves lo recuerdo bien la señora que ahora sabia era el ama de llaves me dijo que bajara al despacho del señor.

Al entrar vi que estaba con su enfermera yo hice una reverencia ya que no podía hablar frente a él sin que me lo pidiera, me dijo que me preparara muy bien porque el próximo sábado daría una fiesta en la cual me presentaría con algunos amigos, me dijo que Lola me iba a llevar de compras para que estuviera listo aunque el me llamaba en femenino o sea para que estuviera lista, cuando me terminó de dar instrucciones me pidió retirarme.

Al día siguiente Lola llegó más temprano que de costumbre mientras me disponía a arreglarme, lo primero que dijo después de saludarme fue, “¿no te notas algo diferente?”, Pero no entendía así que me dijo “ven”, llevándome al espejo de cuerpo entero me quitó la bata de baño que llevaba tomándome por sorpresa, era la segunda vez que me veía desnudo, “fíjate bien y dime si no te notas algo diferente”.

Al fijarme bien la verdad es que no eran cambios tan evidentes pero mi espalda se notaba un poco más ancha a la altura de los hombros mientras que mi cadera se notaba más definida, mi cara igual tenia rasgos más femeninos aparte de que si me había dado cuenta de que ya casi no me salía bello más que en algunas zonas, y mis senos que si bien ya eran pronunciados ahora lo eran más sin llegar a ser algo impresionante.

La verdad no sabía que pasaba pero me sentía muy confundido, pero Lola me dijo que eso hacia la pastillita mágica, “y eso que no llevas mucho tomándotela” dijo con una risa burlona, a lo que le pregunté que si ella sabía que era eso, me explicó que eran estrógenos para hacerme ver como una nena, en ese momento recordé lo que me dijo aquel doctor sobre que yo tenía problemas con los estrógenos comprendiendo porque me veía con esos cambios en tan poco tiempo.

Lola también me dijo que mi voz también sonaba diferente aunque yo no notaba diferencia alguna, sin darme tiempo de meditarlo me dijo “apúrate que se nos hace tarde para ir de compras y todo lo que tenemos que hacer”, ese día me puse una mini falda azul, una blusa del mismo color, una tanga negra y unos zapatos de tacón alto descubiertos con broches, cuando terminé bajamos de inmediato para irnos.

Justo en ese momento iba llegando el abogado del señor mirándome con asombro nos saludó, parecía que no sabía que fuera yo porque me miraba de arriba abajo poniéndome algo nervioso, le contestamos el saludo para luego salir de prisa sin decir más, el novio de Lola ya nos esperaba para llevarnos al centro comercial pero al verme puso la misma mirada del abogado sin importarle que Lola lo estuviera viendo.

Pero más me sorprendí yo al escucharla decirle, “¿verdad que se ve muy linda?”. Contestándole el positivamente mientras me recorría con la mirada, nos subimos al taxi y el acomodó su espejo para ver mis piernas sin importarle que Lola se diera cuenta, yo solo las crucé haciéndome el desentendido todo el camino mientras ellos platicaban como si nada pasara, todo fue como la vez pasada ignorando mi opinión.

Al salir del centro comercial me dijo que iríamos a su estética a arreglarme las uñas, ya estando allá me dijo que para hacerme un poco más fácil la vida me pondría unas extensiones de cabello para que ya no tuviera que usar peluca, la verdad no entendía mucho pero ella se puso a hacerme y ponerme muchas cosas en las uñas cara, mas cabello, el resultado me gustó bastante ya que no se notaba que fueran extensiones.

Eran un poco más largas que la peluca pero más cómodas facilitándome en verdad la vida aunque tendría que retocarlas a menudo, al llegar a casa me fui a la habitación a quitarme los zapatos que me estaban matando, nunca había caminado tanto con ellos así que me cansaron mucho, sin darme cuenta me quede dormido hasta la madrugada que desperté con mucha hambre así que decidí bajar a la cocina por algo de comer.

Estuve un rato en la cocina tomando algo ligero para luego irme a dormir hasta la mañana siguiente en que me despertó el ruido de la puerta, era Lola que venía a arreglarme pero le dije que era muy temprano que la fiesta seria por la noche, me dijo que tenía razón pero que no tenía nada que hacer y decidió venir temprano a platicar conmigo, se me hizo un poco raro pero ella parecía ya tenerme mucha confianza.

Sin esperarlo me dijo que le había gustado mucho a su novio dejándome asombrado solo le dije que lo sentía que no quería problemas, pero ella me dijo “no seas tonta no hay ningún problema, hasta te quiero pedir que hagas un trio con nosotros”, me quede mudo por un instante solo para decirle “¿estás jugando?”. Pero me dijo que obvio no, que ellos tenían una relación muy abierta en la que podían andar con otras personas si querían.

Yo ya no sabía ni que pensar o decir mientras ella me seguía contando cosas de su novio como que era bisexual aunque no sé si como broma dijo que eso era lo que él decía pero que la verdad era más putita que ella, solo me reí mientras ella me seguía contando que los dos eran versátiles lo cual yo no entendía para nada, “bueno nos gusta meterla y que nos la metan ¿si me entiendes?”. Pero le contesté con otra pregunta.

“¿A ti te gusta meterla?”, “Uy me encanta a ti ¿no?”. Me dijo con su emoción característica, “no sé yo nunca lo había pensado aunque el mío no es de un tamaño como para hacer eso” le dije, “pero te encanta que te lo metan ¿no?”. Me preguntó pero le dije que solo a veces me gustaba, así estuvimos todo el día platicando hasta que me preguntó cómo fue mi primera vez lo cual yo no quería contarle pero me decidí hacerlo.

Al terminar de contarle ella maldecía a aquel hombre más que yo pero le dije que si no me hubiera hecho todo eso yo no estaría ahí, no pude evitar llorar un poco pero al ver que ya era tarde ella me dijo que ahora si ya era hora de arreglarme, así que me fui a duchar para luego salir a que me arreglara, me puso colores claros en ojos y labios haciéndome ver con cierta inocencia en la mirada lo cual me gustaba en verdad.

Ella escogió un vestido color rosa muy claro que casi se confundía con el color de mi piel, tenía un tipo tirante que iba al cuello para no dejar caer el vestido y una abertura en la pierna que casi dejaba ver más de lo debido, también escogió una tanga de un color parecido terminando con unos zapatos descubiertos transparentes con un broche arriba del tobillo con un tacón alto.

Cuando por fin terminé Lola me confundió con una pregunta, “¿Cómo vas a querer que te llamen?”. No entendí pero ella me explico que tenía que ponerme un nombre porque ni modo que me fueran a llamar por el mío y después de un rato de pensarlo le dije que Paola, ella dijo “muy bien”, para luego despedirse deseándome suerte, estuve un rato esperando a que me llamaran ya que en estos casos yo no podía bajar cuando quisiera.

Yo me sentía muy ansioso con tanta espera ya que pasó más de media hora hasta que me dijeron que el señor ya me esperaba, me sentía muy nervioso mientras que mi corazón casi se me salía, tenía pensado tener una salida triunfal pero al ir bajando pisé mal y casi me caigo provocando el susto de todos los presentes ahí, seguí bajando sintiendo que mis piernas temblaban como gelatina hasta llegar a la sala donde estaban todos.

De inmediato el señor me presentó como Paola su nueva acompañante, todos me saludaron pero sin hablar solo les reverenciaba con la cabeza, me senté junto al señor mientras él me daba una copa la cual recibí pero no tomé, solo hacia como que si, en la fiesta habían varios señores ya mayores algunos más que otros y varias chicas o al menos eran como yo pero solo dos o tres se veían como auténticas mujeres.

De pronto llegó un hombre de origen afro que al verlo me dejó impresionado ya que si bien ya había estado con uno no era ni la mitad de imponente que este, su piel brillaba con la luz, media más de 1.80, calvo de cuerpo atlético como de 45 años, la verdad no se describir lo que sentí en el momento pero no podía dejar de mirarlo mientras el sentado frente a mi hablaba con el señor, de pronto el señor me dijo que fuera al jardín o a donde quisiera.

Así lo hice no sin antes sonreírle levemente a ese hombre, sentía hasta calor pero no entendía que me estaba pasando pero intenté distraerme mirando a las demás chicas, pero después de un rato recibí una de las sorpresas de la noche, él se acercó a mi saludándome muy educado y preguntando mi nombre, muy nervioso traté de responderle pero hacía varios días que me costaba un poco hablar ya que sentía flemas en la garganta.

Como pude le respondí para luego comenzar a conversar un rato hasta que me dijo que ya se tenía que ir, me dio su tarjeta con su dirección y teléfono diciéndome llámame para luego apretarme la nalga izquierda, no supe que hacer en ese momento pero no fue desagradable para mi, un rato después comenzaron a salir los demás lo cual se me hizo muy raro ya que duró como dos horas la famosa fiesta del señor.

Decidí entrar a la casa solo para encontrarme con algo que no tenía planeado, el señor aún estaba en la sala con otro hombre, ven me ordenó para luego decirme mira él es un amigo muy especial que quiero que atiendas en todo lo que él te pida, sin más opción solo moví la cabeza aprobando sus órdenes, el otro hombre media como 1.70, muy delgado en exceso diría yo, estaba casi calvo pero tenía largo el cabello en la nuca.

Su color era pálido con ojeras, de nariz algo grande, sin duda yo hubiera preferido un millón de veces al que se fue pero no podía hacer nada, me tomo de la mano para llevarme por las escaleras hasta una habitación pero al pasar por la mía me detuve para echar por debajo de la puerta la tarjeta que me dio el otro para luego seguirlo hasta su habitación, entré muy despacio hasta que él pudo cerrar la puerta tras de mi.

De inmediato se lanzó sobre mí para besarme la boca con fuerza sin dejarme reaccionar, sus manos comenzaron a recorrer desde mi espalda hasta mis nalgas apretándolas con fuerza, yo pensé en empujarlo para que ya no me besara pero recordé las palabras del señor y lo dejé seguir hasta que se detuvo para sacarme el tirante que detenía el vestido sobre mi cuello haciendo que cayera al piso.

De inmediato se lanzó a mi pecho para lamerlo con desesperación, todo en él era con desesperación como si se le fuera a terminar el tiempo, después los empezó a succionar como si en verdad esperara que algo saliera de ellos, mientras lo hacía comenzó a desabotonarse la camisa dejándola a la mitad para luego desabrochar su pantalón dejándolo caer despacio pero con su desesperación se bajó su ropa interior.

Dejando salir como disparado un pene totalmente erecto que era igual a su dueño, era largo la verdad aunque nada impresionante pero si muy delgado, yo aún tenía el vestido en los pies así que los saqué para luego echarlo a un lado con mi pie, de inmediato como el hacía todo me tomó de los hombros para arrodillarme frente a él, su pene quedó en mi cara haciéndome ver con detalle cómo estaba cubierto de venas.

Lo primero que hice fue lamerlo con suavidad pero el de inmediato me tomó de la cabeza con ambas manos para meterlo hasta donde podía llegar en mi boca, yo sentía unas ganas de vomitar muy difíciles de controlar pero a él no le importó y siguió haciéndolo con mucha fuerza, mi saliva salía de mi boca mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, no tardó mucho tiempo hasta que empezó a gemir haciéndome creer que terminaría en mi boca.

Pero se detuvo antes de hacerlo para levantarme arrojándome en la cama en un segundo, tomó la tanga para quitármela, se arrodilló para levantar mis piernas separándolas pidiéndome que no las bajara, se lanzó sobre mi ano con su lengua recorriéndolo de arriba abajo deteniéndose en mi ano para recorrerlo con su lengua, era la primera vez que veía mis pies en esa posición con las uñas pintadas y zapatos de mujer.

La vista que tenía más lo que él me hacía hicieron que sintiera una excitación pero esta vez era muy diferente, esta vez sentía un cosquilleo en mi interior mientras una sensación en mis senos hacia que se pusieran duros, los empecé a apretar con mis manos mientras él seguía en su tarea, después de unos minutos más él se detuvo para quitarse la ropa por completo y al terminar me quitó el zapato izquierdo.

Tomó mi pie para lamerlo haciéndome sentir más excitación de la que ya tenía, tomó el otro pie para hacer lo mismo para rematar cubriendo su pene con ambos masturbándose con ellos un rato mas, cuando por fin se decidió separó lo mas que pudo mis piernas para luego acomodar su pene en mi ano, empezó a empujarlo con suavidad no hubo necesidad de hacerlo con fuerza ya que entró con mucha facilidad.

De inmediato comenzó a moverse de adentro a afuera cada vez con más desesperación como era normal en él, mientras besaba mi cuello luego pasó a mi boca pero esta vez lo recibí casi con gusto, sentía en mi interior una sensación como si algo ardiera dentro de mi pero a la vez era muy excitante, de pronto sentí el más intenso placer que hubiera podido experimentar en mi vida no sé cómo explicarlo pero.

Fue como haberme venido sin que nada saliera de mi lo cual hizo que mis músculos se contrajeran sintiendo calambres en las piernas, mis gemidos se ahogaron en su boca mientras sentía mi cuerpo temblar, el siguió embistiendo mi interior por un rato mas mientras a mi me faltaba hasta el aire, fue así que sus gemidos empezaron a salir pero igual se ahogaron con los míos y sintiendo como llenaba mi interior mientras daba fuertes embestidas terminó.

Los dos exhaustos llenos de sudor nos acomodamos en la cama desnudos uno junto al otro, cuando recuperé el aliento quise irme pero él me lo impidió pidiéndome que me quedara hasta que se durmiera, acomodó la cama para cobijarnos y fue así que él me abrazó dejando mi cabeza en su pecho mientras que con la mano derecha recorría con suavidad e insistencia mi pierna izquierda, fue así que me quedé dormido escuchando los latidos de su corazón.

Después desperté en la madrugada mientras él dormía aproveché para irme a mi habitación, solo me puse el vestido llevándome lo demás en la mano pero al salir me encontré con la enfermera que salía de la habitación del señor, al verme se rio burlonamente y entró a su habitación mientras yo hacía lo mismo, al entrar levanté la tarjeta para luego verme al espejo fue así que entendí porque la enfermera se burló.

Traía todo el maquillaje corrido mientras que el cabello estaba como si me hubieran arrastrado por el piso, me di un baño rápido para luego meterme a la cama quedándome ahí hasta muy tarde, como ese día era mi descanso preferí no salir ni arreglarme solo pensé todo el día en aquel hombre que me impactó tanto y de vez en cuando en el otro que me sorprendió solo me levanté a tomarme aquella pastilla.

Así llegó el lunes levantándome más temprano de lo habitual me arreglé ya que las visitas de Lola cada vez eran menos frecuentes, justo cuando terminé tocó a la puerta el ama de llaves para decirme que el señor me esperaba en el despacho, bajé de inmediato y al entrar estaba él solo, sin perder tiempo me dijo que solo me llamaba para felicitarme porque su amigo le dijo que había hecho un buen trabajo.

También me dijo que me había dejado unos regalos que esperaba que me gustaran mucho, dándome una bolsa de plástico para luego decirme que me podía retirar a desayunar, así lo hice al salir estaba el ama de llaves en la sala y le pedí que me llevara el desayuno a mi habitación, solo dijo en seguida así que me fui a ver lo que me había regalado aquel hombre, eran dos cajas una era un celular, la otra una laptop.

La verdad no me esperaba nada de eso pero me gustaban mucho así que de inmediato comencé a usarlos, lo mejor de todo era que la conexión del internet no tenía contraseña pero de igual manera le pregunté a la ama de llaves si la podía usar a lo que respondió que sí, el celular era de los más avanzados en ese momento pero no tenía conexión a internet, pasé casi todo el día con la computadora hasta que recordé la tarjeta que me dio aquel hombre.

Entonces decidí que era el momento perfecto para estrenar el celular así que con muchos nervios le llamé, al contestar le dije quién era a lo que respondió que pensaba que no le llamaría, estuvimos platicando un largo rato y desde ese día nos llamábamos a diario, después chateábamos por ratos o hablábamos tanto que en poco tiempo nos tuvimos confianza para hablar de cosas más íntimas tanto así que un día me envió una foto desnudo.

La verdad no me lo esperaba pero me dejó mas impactado de lo que ya estaba, su pene se veía enorme en verdad y sé que en alguna ocasión dije en otro relato que aquel era el pene más grande que había visto pero este estaba en un lugar aparte, pasaba todos los días viéndolo imaginando como seria ser penetrado por ese hermoso monstruo, así pasó un mes en el cual yo sentía por ese hombre algo que nunca había sentido por alguien.

En la casa no habían novedades, solo Lola intentaba convencerme para hacer el trío, pero la verdadera razón para no hacerlo ni de no salir mis días libres era que aún no recibía autorización para estar con quien yo quisiera, pero justo a dos días de mi día libre me llamó el señor, lo primero que dijo fue que ya consideraba que había pasado un buen tiempo en el cual yo había demostrado mi obediencia que esperaba que así siguiera.

Siguió hablando diciendo que ya me había ganado su autorización para hablar frente a él, aunque mi voz era más suave aun no podía decir que era muy femenina más bien parecía como niño entrando a la pubertad pero me las podía arreglar con eso, siguió hablando diciéndome lo que hacía días quería escuchar, tienes mi autorización para tener sexo con quien tu quieras pero eso si solo en tu día libre y con condón porque no quiero que tengas problemas.

¿Entendiste? Por primera vez en mucho tiempo le pude decir si señor gracias, ahora vete así lo hice me fui a mi habitación a planear lo que iba hacer mi día libre aunque no había mucho que pensar, le iba a dar la sorpresa a mi hombre favorito, el cual me hacía soñar despierto, el tiempo se me hizo eterno pero por fin llegó el que según yo era el gran día, todo tenía que salir perfecto así que me arreglé como nunca.

Me maquillé como él me decía que le gustaba más en algunas fotos que le envié nada de desnudos por si alguien se lo pregunta, escogí una mini falda negra muy entallada que apenas me dejaba dar un paso, una blusa del mismo color que se detenía en el pecho, una tanga igual negra, y los mismos zapatos de la fiesta que me dijo le habían gustado, un día antes le había pedido a el ama de llaves el número de teléfono de la base de taxis.

Pedí uno el cual no tardó mucho en llegar así que salí de prisa para no hacerlo esperar, para mi era muy gracioso ver que el jardinero junto con el chofer del señor que ya sabían quien era yo me miraban de arriba abajo, mientras que el taxista hacia lo mismo, yo trataba de fingir mi voz como ya la había estado practicando así que saludé muy normal al taxista a lo cual él respondió muy normal, le di la tarjeta pidiéndole me llevara ahí.

Mientras mas avanzaba mas nervioso me ponía, tanto que no me había dado cuenta que el taxista me observaba por el espejo, no podía cruzar la pierna por el espejo así que solo cerré una chamarra de mezclilla que olvidé mencionar pero él siguió viéndome por todo el camino, lo cual me daba risa porque pensaba en que si supiera quién era no me estuviera viendo así, después de un largo viaje se detuvo diciendo aquí es.

Le pagué para luego bajarme con mucha dificultad mientras que los hombres que pasaban me miraban como tontos, el lugar era un edificio como de cinco pisos al cual entré con paso lento, la verdad ya me estaba arrepintiendo de haberme puesto esa falda, ya no sabía si me miraban por mi aspecto o por mi forma de caminar, me dirigí al elevador ye que era en el último piso, con muchos nervios llegué a la puerta la cual toqué.

Pero no abría nadie así que insistí hasta que de pronto se abrió la puerta, era el que solo llevaba un pantalón, sonreí al verlo pero el en lugar de alegrarse solo dijo ¿tú qué haces aquí? Mientras que tras de él estaba una mujer o al menos en apariencia lo era con su camisa de el puesta, yo sentí como un balde de agua helada recorrer mi cuerpo y lo primero que se me ocurrió fue salir corriendo de ahí pero ahora esa falda que maldecía desde ese momento me lo impedía.

Sentía algo que nunca había sentido solo quería golpearla a ella mientras lo maldecía a el casi llorando, salí lo mas rápido que pude sin rumbo ni dirección, solo caminé por un muy buen rato sin ponerle atención a las calles hasta que reaccioné, de pronto me encontraba en una calle donde no había una sola persona o coche pero la verdad es que no sabía por dónde había llegado hasta ahí pero seguí caminando tratando de ver a alguien.

De pronto salieron dos hombres de una casa dándome la idea de ir a preguntarles donde podía tomar un taxi, gran error, mientras mas me acercaba mas me recorrían con la mirada hasta que quedé frente a ellos, disculpen ¿me pueden decir a dónde puedo tomar un taxi? Es que me perdí, los dos se rieron y el mas viejo me dijo mejor ven y te tomas un chingo de leche mientras el otro se paraba tras de mi siguiendo con sus risas.

El más viejo tenía como 60 años, gordo, con una barba muy abundante de mucho tiempo sin rasurarse, medía como 1.65, casi sin dientes, su cabello era canoso igual que su barba, el otro era muy parecido también con barba abundante pero casi sin canas mientras que su cabello era igual, medía como 1.70, pero mas delgado que el otro tendría 55 años mas o menos, también le faltaban algunos dientes pero no tantos.

Intenté irme pero esa maldita falda me lo impidió haciendo mas fácil la reacción de ambos, el mas joven me tomó por atrás poniendo su brazo en mi cuello mientras el otro se acercó a mí, los amenacé con gritar pero se empezaron a reír mientras me decía el mayor que gritara todo lo que quisiera que nadie me iba a ayudar, al ver la situación me di cuenta de que era verdad no se veía nadie por ahí así que usé mi último recurso.

Soy hombre les dije con mi voz sin fingir a lo que el mayor respondió ¿Qué? Lo volví a repetir pero el mayor en lugar de sorprenderse, se acercó a mí para poner su mano en mi entrepierna a lo que yo pensé que me dejarían ir, pero en lugar de eso él le confirmó al otro que era verdad y echándose a reír dijo, si vieras todo lo que hemos hecho en la vida te sorprenderías mientras el otro sin darme oportunidad de reacción me llevó jalando adentro de la casa.

Sin decir nada me llevó por el cuello hasta una habitación de esa casa que estaba aun sin terminar, en esa habitación habían dos colchones uno matrimonial, el otro individual lanzándome al primero mientras el otro entraba, como última opción les ofrecí dinero pero el mayor me miró muy serio diciéndome que no necesitaban dinero, que lo único que querían era darme la leche que se miraba que me hacía falta.

Les pedí que me dejaran ir pero sin perder tiempo los dos se pararon juntos para luego desabrocharse los pantalones al mismo tiempo, al dejarlos caer se veía su ropa interior muy sucia bajándola también dejaron ver sus penes, el del mayor era más pequeño nada impresionante lleno de bello, el del menor era más largo y grueso los dos semi erectos, los dos me tomaron de las manos para ordenarme que me arrodillara pero intente resistirme

Lo que a ellos les molestó amenazándome con golpearme sino obedecía, lo que menos quería era regresar a casa todo golpeado así que me arrodille como querían, el mayor puso su pene para que lo metiera en mi boca pero su olor casi me hizo vomitar, olía entre a sudor orina mas otras cosas que no sé como llamar, intenté resistirme una vez mas pero me dio un golpe en la cabeza lo que me hizo tomar aire para luego meterlo de a poco.

En mi mente maldecía a aquel hombre que para mi me había traicionado mientras decía esto te lo estaría haciendo a ti, provocándome mas rabia lo cual hizo sin darme cuenta que yo le hiciera el oral como si en verdad lo quisiera hacer, tenia mil cosas en la cabeza hasta que se apoderó de mi el decir disfruta lo que el no quiso, de pronto lo sacó para dejar que el otro metiera el suyo el cual apenas y cabía por su grosor.

Mientras yo seguía con eso en mi mente que me decía disfruten lo que el no quiso con mucho coraje, así estuvieron intercalándose por un largo rato hasta que el mayor me empujó al colchón, para luego arrodillarse para subirme la falda para luego quitarme la tanga, era obvio que en verdad mi pene no le preocupara ya que solo se enfocó en acomodar su pene en mi entrada para luego empujarlo con fuerza hasta ocultarlo por completo.

El dolor era poco pero incomodo para mí ya que el único lubricante era mi saliva que lo cubría por completo, sin perder tiempo comenzó a moverse con rapidez lo cual en poco tiempo provocó en mi excitación sin esperármelo, con cada embestida hacia que mi corazón se acelerara pero justo antes de comenzar a sentir mi máximo placer el aumentó su ritmo viniéndose dentro de mi haciéndome recordar las palabras del señor sobre el condón.

La verdad no me importó solo estaba metido en el momento fuera de mi como si fuera otra persona, nunca imaginé sentirme así pero cuando sentía volver a la realidad venía a mi mente aquel hombre con esa mujer casi desnudos, haciendo que mi coraje volviera, el más joven fue más allá y me quitó la chamarra siguiendo con la blusa, para luego más que con palabras con movimientos pedirme que me pusiera en cuatro.

Así lo hice para luego solo sentir como acomodaba su pene en mi entrada empujándolo poco a poco, aunque ya había tenido al otro antes aun así sentía dolor mientras se abría camino en mi interior, el semen del otro parecía actuar como lubricante haciendo que fuera mas fácil la penetración, ya estando adentro y después de detenerse unos segundos comenzó a moverse aumentando la velocidad cada vez mas.

Pensé que no tardaría mucho en venirse pero aun iba a tardar para eso, luego de varias embestidas sintiendo por primera vez como se movían mis senos junto con mi pene, el se detuvo para sacarlo poco a poco hasta dejarlo por completo a fuera, se acostó a mi lado boca arriba dándome la orden súbete, lo hice mientras el sostenía su pene para que yo lo introdujera en mi interior, cuando sentí que ya estaba listo.

Estando cara a cara comencé a dejarme caer sobre el mientras me sostenía de su abdomen con las manos, cuando sentí que ya estaba lo mas adentro que pude comencé a moverme de arriba abajo a mi ritmo lo cual en pocos minutos hizo que sintiera una excitación igual o mayor que la que sentí tiempo atrás con el amigo del señor, mi pene estaba totalmente erecto pero al llegar al punto máximo no me vine.

Temblando con calambres en las piernas tuve que seguir moviéndome para que unos segundos después el se viniera dentro de mí, con mi corazón casi saliéndoseme me dejé caer a un lado de el mientras me daba cuenta que el otro se había quedado a ver todo, me incorporé como pude ya que seguía temblando y con dolor de piernas me vestí pero mi tanga la tenía el mayor lo cual me hizo temer pedírsela así que caminando como ebrio me fui.

Al salir a la calle me di cuenta que seguía igual de desolada mientras sentía como salía semen de mi interior, tomé unos pañuelos desechables de mi bolso para limpiarme para luego sacar un espejo para revisarme la cara, el maquillaje estaba todo corrido y mi cara muy roja, me limpie la cara un poco para luego ponerme unos lentes de sol que me regaló Lola, me regresé por la calle donde llegué hasta ver carros pasar.

Cuando vi un taxi le hice la parada para subirme pidiéndole de inmediato me llevara a casa, al llegar me fui a mi habitación para darme un baño mientras comenzaba a asimilar lo que había pasado, fue cuando empecé a rogar para que nadie se diera cuenta que lo hice sin condón, después empecé a llorar sin poder comprender si lloraba por lo que pasó con esos hombres o por lo que me hizo el otro.

Gracias por leerme como siempre y si gustan dejarme sus comentarios o hasta sugerencias se los agradeceré hasta pronto.

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