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Una vela de cumpleaños
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Entré al salón de clases y el profesor tomaba lista, aquí vamos dije, era el curso de Derecho de Obligaciones el curso más aburrido de todos, pero aun así ese día iba a la universidad por un solo fin y se llamaba Cristian, no era el prototipo de hombre guapo carita bonita, era más bien una carita normal, pero recontra macho, alto sin cuerpo de gym, pero espalda ancha y abdomen plano y duro, justo como me gustan.

Entre y compartimos una sonrisa lujuriosa, no es que este enamorado de él, es más yo tengo enamorada y él tiene la suya, solo que éramos algo más que amigos, más que compañeros de clase, éramos amantes, y los jueves que son los días que me tocaba el curso eran los días donde aprovechábamos para follar en los baños de los últimos pisos del edificio de la biblioteca de la universidad o también en cualquier otro lugar, pero los baños de la biblioteca siempre estaban vacíos.

Recuerdo que todo empezó como una broma sobre mi cumpleaños.

Estaba sentado con una amiga en la clase, hablando sobre el trabajo de investigación que íbamos a realizar y cuando lo íbamos a elaborar.

-Qué tal si lo realizamos el próximo miércoles – me pregunto ella.

-No puedo sabes que ese día es mi cumpleaños – dije yo riendo.

-No me importa tu cumple, lo hacemos ese día – dijo ella bromeando.

-Así que el miércoles es tu cumpleaños, Maximiliano y yo te ponemos las velas – dijo Cristian volteando y riendo.

Yo no le respondí, solo atine a reírme, pero por dentro me moría de ganas de contestarle que encantado se la soplaría.

Pasaron los días, llego el día de mi cumpleaños, desgraciadamente tenia clases, y caminando por la facultad me encuentro con Cristian.

-Feliz cumpleaños – me dice dándome un abrazo.

-Gracias – le conteste yo.

-Cuantas velas vas a soplar hoy día – me pregunto haciendo notar el doble sentido.

-Solo las que tú me ofreciste – respondí yo siguiéndole la corriente.

-Huy no, esa cuando se prende no se apaga hasta que se derrame toda la cera – respondió riendo.

-Y si te digo que yo soy bueno haciendo eso – me dejarías soplar la vela.

-Primero tendrías que pedírmelo, apropiadamente – dijo esta vez serio.

Mire a mi alrededor y como era de noche no había nadie, lleve mi mano a su paquete que estaba semi erecto, y dije

-¿serias tan amable de darme tu verga para poder celebrar mi cumpleaños?

-Ya ves que pidiendo las cosas con propiedad todo es mejor.

-Ven sígueme – me dijo caminando delante mío.

-No me digas que lo haremos en aquí en la U – pregunte

-Si, donde más, además es más excitante no crees – me dijo sonriendo.

-Bueno coger es como dormir, donde sea es igual de rico – dije guiñando un ojo.

Llegamos al décimo piso del edificio de la biblioteca, estaba totalmente obscuro, prendimos las linternas de los celulares para poder ver, posteriormente entramos a un baño, como estábamos completamente solos no entramos a ningún cubilo, dejamos los celulares en un lavabo y sin decir más, ya me encontraba de rodillas bajándole el pantalón y su ropa interior a las rodillas de la cual salió una hermosa verga de color trigueña igual que el resto de su piel, con unos huevos enormes y peludos, la olí primero por todos lados, olía excitantemente bien, tenía olor a húmedo pero no olía mal, al contrario me encantaba.

-Ahora si sopla tu vela de cumpleaños – me dijo el zambo (así le decíamos en clase).

Me la trague lento y de a pocos, saboreaba cada rincón de aquella sabrosa verga, me no me entraba por completo a la boca, estaba incrustada hasta mi garganta, pero aun así un poco quedaba fuera de mi cavidad bucal.

-Que pasa, no puedes con mi pequeñez – dijo en tono de ironía.

-No entrará en mi boca, pero si de un lugar donde podrá entrar – le dije y la volví a chupar.

Se despojaba de sus prendas mientras se la mamaba, se sacó la camiseta y dejo ver su pecho, y su cuerpo ancho, con una mano sujetando mi cabeza me comenzó a follar la boca bruscamente lo cual me generaban arcadas y con la otra sostenía su polo.

Me hizo poner de pie, se terminó por sacar toda la ropa y posteriormente me saque la mía.

Me incline con las manos sosteniéndome en el lavabo, él se colocó detrás de mí, se arrodillo y comenzó a comerme le culo, lo cual lo hacía de maravilla.

Pasado un rato se puso de pie, y con su pene aun babeante me lo incrusto hasta el fondo.

-Hijo de puta, eso es atacar a traición – dije quejándome.

-Lo siento, pero cuando yo no hago el amor, yo follo y cuando follo, follo bien – dijo el besándome mordiéndome el cuello.

-Entonces cógeme perro – le dije muy excitado tras escuchar sus palabras.

Me incline mucho más y el con las dos manos en mis hombros me comenzó a bombear muy fuerte, el zambo me metía la verga tan profundamente que parecía querer traspasar mis entrañas, mi pene se balanceaba de arriba abajo al ritmo de sus embestidas, de pronto sonó su teléfono.

-Es Maximiliano – dije alcanzándole el teléfono.

-Hola maxi – dijo esta vez bajando la intensidad de las envestidas.

-A que no sabes con quien estoy dándole su regalo de cumpleaños – dijo el moviendo la pelvis lentamente.

-Cállate cabron – le dije yo.

-No te preocupes Maxi es de confianza y también te tienes ganas – dijo.

-Hazme video llamada – le dijo el zambo.

Conecto la video llamada y el zambo alargo su brazo para podernos enfocar bien.

-Hola Jon te veo disfrutando tu regalo de cumple – me dijo maxi por el teléfono.

-Hola, pues y uno que no le gusta estas cosas – le dije yo girando la cabeza para verlo.

-Maxi estaba a través de la pantalla desnudo con la verga erecta en su cama.

-Bueno Maxi te voy a poner a un lado para seguir con lo mío – dijo el zambo.

-Pero ponme en un ángulo donde pueda ver todo, viejo – dijo maxi.

El zambo así lo hizo, luego cambiamos de pose y esta vez en modo perrito, el zambo se aferró a mi cintura con las dos manos y me siguió envistiendo muy fuerte otra vez, yo por supuesto jadeaba a más no poder, y un charco de líquido preseminal se formaba en el suelo.

-Te gusta tu regalo de cumpleaños – me decía Cristian penetrándome fuertemente.

-Siiii ahhh – decía yo gimiendo.

Paso el tiempo y Cristian no paraba, sí que tenía mucho aguante pensé yo.

-Mi novia no es así como tu cabron – dijo el cómo en susurro

-¿Cómo así? – le pregunte yo volteándolo a mirar.

-Que ella no se deja coger, así como tú – dijo dándome una nalgada

-Entonces si te gusta tanto dame más duro perro – le dije yo moviéndome de adelante hacia atrás clavándome yo mismo su verga.

Hizo caso de inmediato, me comenzó a taladrar con toda la fuerza que tenía, yo disfrutaba al máximo y sudábamos a chorros, podía sentir como su sudor caía en mi espalda.

-Cabron me vengo donde quieres la leche – dijo apresurando las envestidas.

-Donde tú quieres, papi

Y me dio sus últimas envestidas como queriendo meter más verga hasta el fondo, pero ya toda estaba adentro.

La dejo un rato más metida en mi culo hasta que toda su erección haya bajado, yo en ese tiempo apenas me roce la verga y me corrí en el suelo, bastante semen pensé yo.

Pasado un tiempo el zambo se separó de mí, me ayudo a ponerme de pie y nos dimos un profundo beso, me arrodille para chuparle la polla con restos de semen que aun tenia y se la deje muy limpia, después de ello fui a un retrete y expulse toda la leche, estaba en eso cuando escucho alguien hablar, era la voz de Maxi que estaba por video llamada.

-Apoteósico, ni los actores porno igualan esa escena – dijo Maxi riendo.

-Pare que aprendas que así se coge – dijo el zambo.

-Que pensara si Laurita descubre eso – dijo Maxi en forma de broma.

-Lo mismo que diría Carlita si se entera que a su noviecito también le entra estos asuntos – dijo el zambo riendo.

-Que hubo perros, que paso – dije yo saliendo del retrete.

-Cuando nos vemos para darte las felicitaciones personalmente – dijo Maxi

-Cuando quieras Maxi, cuando quieras.

Terminamos de vestirnos y salimos, él se fue por su lado despidiéndose y diciendo que lo había disfrutado demasiado y me deseo suerte con Maxi.

-No te molesta que Maxi me haya propuesto tener sexo – pregunte yo.

-No para nada, no soy tu dueño así que todo fresh, más bien luego me cuentas si es tan bueno como yo y avísame si quieres repetir – dijo guiñándome un ojo.

**************

Este relato es como un pequeño calentamiento para introducirme en el mundo de los relatos.

Publicare uno o dos capítulos de una serie por semana, y uno que otro relato erótico más.

Gracias por leerme. Por favor escríbanme comentando mi relato [email protected].

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