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A mi cuñada le di su merecido
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola a todos soy un chico de 26 años da Andalucía, España y la siguiente historia es totalmente verídica.

Tengo novia desde hace 5 años, ella tiene una hermana de 20 años que aquí al llamaré Sheila por motivos varios. Bueno Sheila es una chica bonita de cara, un culo bastante duro y lo mejor son sus tetazas (debe tener una 110) ella lo sabe y está orgullosa de eso, además es lo que le falta a mi novia, que está muy bien, pero de tetas anda algo justa. Si mi cuñada perdiera 3 kilitos estaría cañón.

Llevo una vida sexual bastante activa y satisfactoria, pero me gusta mirar a las chicas tontear, roces, en fin soy un puto morboso.

Bueno todo empezó hace unos dos años, antes siempre la había visto como una niña inofensiva, ella desarrolló su cuerpo y creo que también sus hormonas.

Fui como siempre a recoger a mi novia a casa de su familia, me abrió la puerta Sheila.

-hombre cuñado -me dijo, me dio dos besos restregándome sus tetas lo máximo, sintiendo unas tetas muy apetecibles al no llevar sostén.- Siéntate mi hermana está en la ducha.

Estaba viendo la tele tranquilamente hasta que ella se puso a limpiar el polvo del salón, con ese gran escote y esos movimientos me pusieron malo. Ese fue el día que despertó en mí un interés hasta entonces nulo.

Pasaron los meses y el roce de las tetas conmigo es cotidiano se insinúa bastante creo que esta calentona y como no se desahoga con nadie lo hace conmigo.

Un día en la playa fue escandaloso, llevo un colchón y estuvimos jugando en el agua…

Joder que día, se le salió la parte de arriba varias veces con nuestros juegos y peleítas (creo que no se apretaba bien el bikini)… por fin le vi las tetas enteras, eran como me las había imaginado en grandiosas pajas, gordas, duras, aureola grande como una galleta de color rosáceo y un pezón gordo y abultado quizás por el agua.

Creo que a partir de ese día ella paso al plan B, estábamos los dos calentones con tantos juegos y roces pero yo era cauto y no me lanzaba, no me fiaba de ella, siempre había sido muy recatada con los chicos, además se llevaba muy bien con la hermana, mi novia.

El plan B consistió en acoso y derribo a mi pollón (de unos 21 cm.) sin dejar de lado claro está el roce de tetas y escotes gigantes o ese pijama casi transparente y sin sujetador.

Todo empezó en el sofá de su casa, alquilamos una peli y la muy golosa se puso en medio de los dos. Se hacia la tonta apoyándose aquí y allí y fueron varias veces que me puso la mano en el bulto de mi pantalón, pero siempre disimuladamente, estoy segura que ella hasta entonces no había visto ni cogido una de verdad y quería averiguar cosas.

Yo me estaba poniendo malo allí empalmado no me pude levantar ni al servicio para que mi novia no lo viera.

La semana siguiente prueba de fuego, salida a la discoteca, íbamos un poco cargados de alcohol y estuvimos bailando esas canciones latinas que dan tanto juego, me estaba poniendo malo pero llego un baile que colmó el vaso: ella de espaldas a mí y venga subir y bajar rozándome con su culo durito todo mi pollón empalmado, mi novia se fue para afuera con cara de mosqueada.

-bailas más con ella que conmigo -me dijo.

A partir de ahí la relación con mi cuña se enfrió (por poco tiempo), yo no entendía porque a mi cuñada le había dado por mí, con todos los hombres que hay. No sabía si lo hacía solo por calentarme o es que quería que la iniciara en el sexo (seguro que había escuchado de mi novia que soy sexualmente muy activo y que tengo un buen miembro) estuve dándole vueltas a la cabeza muchos días pero no me podía arriesgar.

En poco tiempo se echó novio en un pueblo de la provincia, su primer novio a los 18 años y medio, a la tercera semana perdió la virginidad, me lo conto todo. Yo estaba contento por fin dejaría ya de calentarme, ya tenía su propia polla. Iluso de mí, me había equivocado, lo comprobé un día que estando yo de vacaciones me llamo para que la acompañara al centro comercial que se iba a comprar ropa. Allí me hablo que no iba muy bien la relación con su novio, quizás por la distancia, que no se veían mucho. Vaya tarde me dio, primero unas cervecitas para caldear el ambiente, después a probarse ropa, “cuñado como me queda?”. Yo le decía quizás con sujetador te quede mejor, la muy picara se reía. Siempre dejaba la cortina a medio echar para que yo la viera cambiarse, ya la tenía más que vista, todo menos su conejo, no sabía qué coño ponerle cuando la tenía en sueños, la imagine con el coño rapado, peludo, grande, estrecho, labios grandes, etc.

Era una incógnita para mí. Otra vez me estaba calentando se me estaba poniendo dura e hice lo mismo que ella, probarme delante de Sheila para que viera el bulto en mis slips, ya ves si lo vio, la vi con los ojos clavados pero yo me hice el disimulado.

Por fin llego el día donde se resolvieron las dudas, me pidió que la acompañara a una fiesta de su universidad, era jueves por la noche, yo estaba de vacaciones y mi novia estaba cansada por el trabajo y no quiso salir. Sabía que esa noche seria larga y buena, un fiestón, así antes de recogerla pillé medio gramo de cocaína, yo no suelo tomar eso, era mi tercera vez pero ese día tenía ganas de fiesta total (por supuesto que ella no se podía enterar de la coca).

La recogí, iba provocativa escote grandioso y bufanda ancha (minifalda) de abajo.

Llegamos al pub y empecé a pagarle copas para que bebiera, yo hice lo mismo. Ella con lo de siempre venga rozarme con sus tetonas y de vez en cuando me rozaba la polla.

Cuando ya llevamos más de cinco copas y yo alguna rayita decidí entrar a matar (seguro que era por mi estado) no podía seguir con los calentones. Hice algo que había escuchado, me puse droga en el capullo de mi polla y estuvo erguida toda la noche.

Ahora era yo el que se rozaba, le puse mi polla por todas las partes del cuerpo, ella no atacaba pero se dejaba llevar, hasta que en uno de estos bailes lo acabe con mis manos en sus tetas, no puso buena cara y las quité rápido, al poco rato me dijo “llévame a casa”, a mí se me bajo de repente la borrachera (pensé que había conseguido su propósito y que se lo contaría a mi novia).

No hablamos mucho en el coche y a mitad de camino me dijo “párate al lado”, lo hice pensando que iría a devolver o se encontraba mal, a los dos segundos me tenía el paquete agarrado, me sacó la polla rápido y empezó a comérmela, ¡que lengua tiene la zorra, que mamada! Yo le saqué una teta del top y empecé a chupársela, pero ella desvió pronto mi atención, empezó a decir “¡Mira como me tienes cabrón!” Yo no entendí nada, pero ella me cogió la mano y me la llevó a su coño, aparté el tanga y me encontré un chocho rapadito y chorreando como pocos. Decidimos ir a un descampado de la zona.

Nos fuimos a la parte de atrás del coche y tras quitarnos la ropa empezamos con un 69. Ella tenía el chocho más estrecho que mi novia y sin tantos labios pero estaba riquísimo yo la tenía durísima y ella chupaba mientras yo la cogia del pelo y le decía: “Ahora me vas a pagar todo este tiempo que me has estado calentando, zorra te voy a partir en dos”. Después me senté y ella se puso en lo alto introduciendo mi pene en su raja, costó un poco de trabajo y ella dijo “Que tranca tienes cabrón”. Ya con la polla dentro empezó a dar saltos como una loca, unos gemidos, que gritos. Yo le decía “Muévete”. Me pidió que la insultara, yo le dije que se lo merecía por lo que me había echo todo este tiempo, “Eres una puta, te gusta el sexo eh guarra”, “Si me encanta”, me dijo. Empecé a comerle las tetas mientras ella seguía embistiendo fuertemente, me decía “No te corres?”, “Tranqui zorra hay para rato” (lo dije porque sé que la cocaína retarda la eyaculación).

La puse a cuatro patas, que vista que culazo, me encantó ver aquellas tetonas botando.

Así otro rato. La ninfómana no paraba de gritar. Llegaba la hora de poner la guinda, se la saqué del coño y le dije que la iba a ensartar por detrás, me suplico que no lo hiciera, que era virgen por ahí y que lo intentó con el novio y le dolió mucho y con la polla que tenía yo la iba a destrozar. “Eso quiero zorra -le dije- por lo que has hecho este tiempo”, “Pero si a ti te ha gustado, tu no quitabas el brazo cuando te ponía las tetas”. Le dije que muchas pajas y quebraderos de cabeza me había causado y seguidamente se le metí lentamente, dio un gran grito y se puso a llorar entonces yo reaccioné empujando más fuerte, empecé a cabalgar, mi sorpresa fue que siguió llorando pero empujando más y más, vaya enculadas que daba, “Así me gusta, eres una gran zorra”. Yo le oprimía las tetas con bastante fuerza y ella me decía “Córrete cabron que yo ya me he ido 5 veces” (la verdad que tenía el clítoris bastante inflamado) “¿Dónde quieres que me corra?”. “En mi boca” dijo ella, y así lo hice aunque el primer chigatazo le fue al pelo, “Trágatelo” decía yo, ummm que rica está viéndole con toda la cara llena de leche.

Cuando nos limpiamos e iba a soltarla me dijo, “Ves, ha merecido la pena este tiempo de guarreo, pero hoy se termina ya todo este tema y lo de hoy a nadie” y me dio un último beso en la boca hasta ahora.

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