Mi primera experiencia de sexo total fue a los 19. En la universidad vivía yo con un primo pero al ser una casa de 3 recámaras habíamos resuelto rentar la tercera para bajar costos. Ray también era de Cabo San Lucas como mi primo Luis y vino a ser él quien llevó el ambiente festivo a la casa. Cuando llegó el primer verano me invitaron a Cabo a pasar tres semanas con ellos.
La primera semana fue muy familiar porque Ray salió de viaje de negocios pero el segundo fin de semana había regresado y para pronto organizó el desorden. La primera noche, viernes, salimos Raymundo y yo con su hermana y la mejor amiga de ella. Decidimos ir a la playa a tomar cervezas y un par de pizzas.
La hermana de Ray se llamaba Yazmin y su amiga Rosario. Desde que llegamos al puerto yo vi a Yazmín como muy seria conmigo. No me miraba y no hablaba mucho conmigo. Ella era apenas un poquito más bajita que yo. Morena. Muy delgada pero bien formada. Muy formada diría yo. Nunca le pregunté la edad pero calculo que tenía unos 24 porque era 5 años mayor que Ray pero aparentaba no más de 20 por su manera de vestir. Ese día se puso para salir un conjunto de playera y short a medio muslo color naranja, elástico. Yo no dejaba de mirar su delgadísima cintura que contrastaba con su trasero pequeño pero perfectamente prominente y que era notablemente firme.
Llegamos al expendio de pizzas. Ellas se bajaron a comprarlas mientras nosotros cruzamos la calle y compramos 4 paquetes de 6 cervezas. En esa ciudad hace un calor espantoso y 6 cervezas no las sientes ni para marearte. Cuando caminábamos de regreso al coche Ray me explicó que tenía planes con Rosario por un faje de peda que habían tenido 4 años atrás pero como Ray se fue a estudiar a Guadalajara ya no habían llegado a nada pero desde hacía casi un año que ella y Yazmín se habían vuelto inseparables y ya ésta última le había dicho a Ray que a Rosario todavía le gustaba él. Cuando nos subimos al coche Ray comenzó a decirme: "Amigo, acá las cosas son muy abiertas y relajadas. Por mí no te detengas con Yaz, al cabo que yo sé que ella ya…" en eso llegaron ellas corriendo muy aceleradas con las pizzas y Ray se calló.
Llegamos a la playa y rápidamente nos desplegamos en el punto más desocupado que hallamos aunque había fácilmente unos 20 o 30 autos con varias personas cada uno.
La luna llena iluminaba con mucha intensidad al punto de no necesitar fogatas ni luces.
Comenzamos con las cervezas ignorando las pizzas. Yaz me sorprendió muy animada platicando casi ignorando a Ray y a Rosario. Yo pensé que lo hacía para propiciarles a ellos las cosas.
Como yo empezaba medicina en ese tiempo ella empezó a contarme que a los 15 años le habían hecho una cirugía de donde sus trompas quedaron muy dañadas y que posiblemente nunca se podría embarazar. Luego supe que fue un embarazo ectópico.
Ray y Rosario comenzaron a quitarse los zapatos y descalzos se fueron, según ellos, a ver cómo estaba el agua.
Nosotros nos quedamos un rato más pero cuando le dije a Yaz que hacía 3 años que yo no iba a ninguna playa ella comenzó a quitarse las sandalias diciendo que había que ponerle remedio a eso.
Comenzamos a caminar. Yo sólo me levanté el pantalón hasta las rodillas. Ray y Rosario no se veían por ningún lado. Casi toda la gente seguía cerca de sus coches pero cada vez había menos ruido. Comenzábamos a caminar con nuestros pies descalzos sobre la zona de arena más recientemente mojada por las olas y Yaz comentó que había silencio porque la gente comenzaba a "hacer sus cosas". Escuchar aquello teniéndola ahí descalza y sentir a mi vez el tacto de la arena en mis pies me hizo recorrer un escalofrío.
Empezamos a aventurarnos en el agua y en algún momento en que una ola casi nos tiró tomé de la mano a Yaz y ya no nos soltamos. Dos o tres olas más y Yaz bromeó con que ya se nos habían olvidado las pizzas. En ese momento noté que su voz sonaba claramente afectada por el alcohol y pensé si yo no andaría igual sin percibirlo debido al traqueteo de las olas. Ensimismado en eso llegó una ola mucho más alta que nos empapó hasta la cintura y casi nos tiró por lo que instintivamente jalé a Yaz y ella respondió tratando de tomar con su mano libre el hombro del mismo lado que yo tenía libre. Por supuesto que aquello hizo que su cara quedara peligrosamente cerca de la mía. Por un instante la dejó ahí mirándome a los ojos sin hacer el menor gesto de separarse. Yo ya no perdí el tiempo y queriendo besarla terminé siendo besado porque ella me jaló hacia ella e inmediatamente comenzó a meter su lengua en mi boca. Lo más sorprendente no fue eso sino que claramente sentí que pegaba su pelvis ansiosamente contra la mía y de hecho con una mano me apretaba más hacia ella.
Duramos un minuto más o menos y luego muy disimulados caminamos un poco más en las olas pero entonces dijo que mejor fuéramos por una cerveza más al carro.
Apenas llegamos a la parte seca de la arena comenzamos otra vez a besarnos. Yo sentía la ansiedad de Yaz en su respiración, en la forma que estrechaba su cuerpo contra el mío. Poco a poco comenzó a tener una especie de movimiento rítmico en su pelvis y me jalaba hacia ella. A fuerza de jalarme terminamos de rodillas en el piso y ella inmediatamente se sentó sobre mi muslo derecho. Yo nunca había tenido sexo pleno antes de esa edad pero había visto y leído mucho para mi edad. Sabía bien lo que estaba pasando. Una chica hermosa se estaba masturbando con mi afortunado muslo. Dejó de besarme para concentrarse en gemir jadear y moverse cada vez con más energía con sus piernas abiertas, frotando su sexo contra mi muslo. Sobra decir que yo sentía que reventaba el pantalón. De pronto exhaló un largo suspiro dejándose caer sobre su espalda en la arena con sus piernas flexionadas entrecerradas. Con su mano derecha me jaló hacia ella. Y con la izquierda se subía la playera y un poco para luego hacer el gesto de bajarse el pantaloncito. Yo sentía que se me reventaba el pene erecto adentro del pantalón. Miré alrededor. La luna seguía iluminando desde el lado del agua lo que significaba que toda la gente nos podía ver perfectamente. Yaz no dejaba de jadear mirándome. Yo me acerqué a su oído y le dije:
-Yaz, ¿aquí?
Ella no contestó, sólo asintió jadeando y mirándome con los ojos entrecerrados. Con sus manos comenzó a hacer el gesto de sacarse el pantaloncillo así que la ayudé. La pantaleta se vino junto con el short pero obvio que a Yaz no le importo y apenas lo tuvo en los tobillos separó las piernas. Yo puse mi mano sobre su vulva y la besé. En eso escuché voces. Miré y desde el lado donde estaba nuestro carro venía alguien. Alerté a Yaz quien se incorporó y se levantó el short hasta los muslos porque no alcanzó más cuando nos dimos cuenta de que eran Rosario y Ray. Nos saludaron como si nada sin hacer caso al short caído de Yaz y se fueron hacía el agua.
Nosotros muy apenados nos levantamos y nos fuimos al carro pero aún sin hablarlo nos subimos callados al asiento trasero. Yaz seguía visiblemente excitada. Apenas cerramos la puerta del carro se me vino encima y seguimos besándonos pero ella hábilmente se fue bajando nuevamente la ropa de la cintura para abajo. Hice lo propio pero mi pantalón sólo llegó a mis rodillas cuando me di cuenta de que Yaz miraba mi pene. Iba a acercarme a besarla otra vez cuando ella rápidamente se acomodó encima de mí y tomando mi pene con su mano comenzó a introducirlo en su vagina. Yo sentí que me ardía el prepucio abriéndose por detrás del glande que estaba atrapado en la estrechísima vagina de Yaz que casi de inmediato apoyó sus manos en mis hombros y mientras me daba besos en la boca de vez en cuando, empezó a mover su pelvis rítmicamente sobre mi pene que no dejaba de arderme aunque cada vez entraba más y más en su vagina. Como pude le solté el sostén y me di gusto tocando sus pechos. Traté de soltarle la blusa para sacársela y poder tenerla desnuda pero entre que ignoró mis intentos y ella se movía cada vez más fuerte, tuve que dejar de intentarlo cuando de pronto e inesperadamente ella se dejó caer sobre mí pujando y jadeando. Entonces se quedó quieta por un momento, pero apenas un momento. Se quitó de encima y se sentó a un lado. Sin dar tiempo a nada se puso su short y se recostó sobre mi hombro, ahora sí como afectuosa.
En ese momento pareció caer en la cuenta y me preguntó si yo había terminado. Cuando le dije que no me dijo:
-Pobrecito, déjame ayudarte- y comenzó a masturbarme.
La parte chistosa del momento fue que ella se inclinó como si fuera a hacerme un oral pero me dijo:
-¿Quieres echármelos en la cara?-
Aquello fue automático y eyaculé como loco salpicándole toda su cara.
Nos limpiamos y me vestí lo más rápido que pude porque sentíamos que Ray y Rosario ya volvían y nos queríamos bajar del coche. Yaz no quería que Ray se sintiera mal de confirmar que habíamos cogido casi enfrente de él. Ray nunca tocó el tema ni allá ni en los semestres que nos restaban compartiendo casa.
Al final de cuentas me estrenaron sin que yo tuviera el menor control de la situación.
Llegando a casa de mi primo Luis hube de bañarme y fue hasta allá que me descubrí lleno de arena hasta en el glande. Seguramente adherida en los momentos en que Yaz estuvo semidesnuda sobre la arena.