Miradas intensas. Ojos brillantes. En tus ojos se refleja el fulgor de las velas. Ojos llenos de pasión. Pupilas dilatadas. Deseo. Se lee el deseo en tus ojos. Se lo que piensas. Leo tu mirada. Me transmiten tus ganas… Tus ganas de estar juntos. Juntos acariciándonos. Juntos fusionados. Unidos piel con piel y sentir el contacto de nuestros cuerpos desnudos. Tumbados en la alfombra delante de la chimenea. Eso me dicen tus preciosos ojos. Tus lindos ojos.
Fueron lo primero que me impactó cuando te conocí. Y ahora estamos aquí los dos desnudos. Verte así, desnuda, a mi lado… Estás preciosa.
Cojo una fresa y la paso por tu piel. Por tus pezones. Te estremece el frio.
Acerco la fresa a tus labios. La muerdes. Unas gotitas de su jugo caen por la comisura de tus labios y las recojo con los míos. Te beso. Nos besamos y noto tu calor en tus labios. Como siempre me sabes deliciosa. A fresas.
-Mmmmm… siiiii, rica, deliciosa…
Te acerco la copa de cava a tus labios y bebes. Se derrama por tus labios. Vuelvo a beberlo sobre ellos. Aprovecho a besarte. Es un beso largo, profundo, húmedo, cargado de pasión. Sensual… Nuestras lenguas danzan dentro de tu boca y dentro de la mía. Sabes a cava.
Acaricio tu cara siguiendo por tu cuello. Mi mano roza uno de tus pechos. Sigue por tu costado y acaricio tu cadera. Te aprieto contra mí. Noto tu calor y huelo tu perfume. El ambiente que he preparado nos envuelve. La música, las velas, la chimenea, el cava… Nuestros pechos se juntan. Tus pezones rozan mi pecho y tu aroma me seduce. Me comes a besos y tu lengua recorre mi piel. Me excitas.
Caliente…
Sube la temperatura de mi cuerpo. Mi erección choca contra tu pelvis.
Te acaricio y me acaricias. Besos y besos. Con sabor a fresas y cava. Largos y húmedos. Agarras mi culo y me atraes contra ti.
Mi excitación sube…
Beso tu cuello. Suspiras. Beso casi tu nuca. Tu piel se eriza… Mi boca recorre tu cuerpo y beso tus pechos. Me deleito con tus pezones. Les paso la punta de la lengua y recorro tu areola consiguiendo que se contraiga. Chupo tus duros pezones y te estremeces. Gimes…
Beso tu ombligo. Mi lengua te recorre y te hago cosquillas. Ríes y quieres que pare. Pero sigo bajando con mi lengua traviesa hasta mi objetivo. Donde sé que te gusta. Donde sé que disfrutas. Porque quiero verte disfrutar…
Llego a tu pubis y sigo hacia abajo.
No te lo esperabas y me pides que suba. Mi lengua se desliza por el interior de tu muslo y te estremeces de nuevo.
Llego a tu tesoro y noto tu humedad
-Estas muy mojada preciosa. Mmmmm…
Te dejas hacer mientras te abro más las piernas. Me introduzco en ti. Mi lengua saborea tu vulva. Te lamo y saboreo. Gimes y elevas tu pelvis para tener más contacto y me agarro a tus muslos para inmovilizarte.
Mi lengua juega con tu clítoris. Lo noto más durito. Gimes. La punta de mi lengua pasa sobre él repetidas veces y deprisa. Rápido. Jadeas. Te agarras como puedes a la alfombra y los cojines arqueando tu cuerpo.
-Sigue Julio, no pares, siiiii…
Mi boca te devora y disfruto viendo como gozas. Me encanta oír tus gemidos… Te miro y desde mi perspectiva veo a una mujer que goza y tiembla de placer. Veo tu pecho agitado subir y bajar. Tus pezones erizados apuntando al techo sobre el fondo del fuego de la chimenea…
Mi lengua no para. Tus piernas se tensan. Haces fuerza contra mis brazos que sujetan tus muslos. Estas a punto. Lo sé. Te conozco. Y aflojo la presión. Te acaricio más despacio sabiendo que no te va a gustar. Que protestarás por aflojar la intensidad de mis caricias. Pero luego sé que lo disfrutas. Consigo alargar un poco más tu placer y retardo tu clímax. Paso la lengua despacio, a propósito, sin presionar. Lentamente. Te desesperas. Y de repente te agarro fuerte de los muslos aprisionándote contra mi boca. Te inmovilizo. Te devoro rápido, con presión, con grandes lametazos, pasando la lengua muy deprisa. De arriba a abajo y de abajo a arriba. De lado a lado. Aprietas con tus manos mi cabeza contra ti. Y llegas, terminas en mi boca con un alarido tremendo y chillando mi nombre. Tensando tu cuerpo y arqueándolo apretándote contra mí. Con tanta fuerza que me cuesta sujetarte. Llegas a tu esperada explosión de placer. Estallas en mi boca regalándome más de tus ricos jugos. Dejándote caer sobre la alfombra, desplomándote de golpe y desapareciendo toda la tensión de tu cuerpo. Satisfecha y sonriente.